No cabe ninguna duda, el congreso ha terminado tal como lo que es, en apestosa letrina. Comprobarlo no es difícil, basta con ver las noticias que a diario se publican en los diarios de la capital.
Su última pretensión antes de dejar el cargo de
congresista, elegir a los que integraran el Tribunal Constitucional en su mayoría, reciclados del hampa política.
¿alguien en su sano juicio puede creer que lo hacen
por el bien del país? Es obvio que no. Entonces
¿Por qué tanto apuro?
La pregunta ¿Qué hay detrás de todo este asqueroso tinglado?
Es evidente, un grueso contrabando. Limpiar de culpa a los que vienen siendo procesados por blindar
delincuentes Cuello Blanco y corruptos que vienen siendo procesados por lavado
de activos.
No esta demás señalar
que en poco tiempo el llamado Congreso ha demostrado ser peor que el anterior. Y
eso es lo que nos negamos entender. ¿Por
qué tamaña situación? ¿Por qué este concierto de mediocridad y torpeza?
Definitivamente no
hay mejor forma para describir la conducta servil de esta logia que fungen de congresistas
que callan a cuatro voces o simplemente bajan el tono de voz para no perder las
asignaturas que de una u otra forma les conviene conservar.
Lo único cierto es que el Perú no solo continua siendo
castigado por los sinvergüenzas que llegaron al congreso sino también por esa logia
de mediocres que lo único que saben hacer es levantar la mano cada vez que el
amo de turno les ordena.
Este es el verdadero rostro del amorfo conglomerado que
han terminado por convertir a las instituciones políticas en botín, en la
mamadera del cual nunca quisieran desprenderse aun cuando su verdadera
personalidad no pasa de ser el de un chauchilla de poca monta.
Este es el escenario sobre el cual se desplazan los
políticos que pululan en nuestro medio en busca de una nueva presa para poder
colgarse de su próxima víctima como están acostumbrado hacerlo.
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