Elecciones municipales: ¿Por qué siempre votamos por corruptos?
César
Hildebrandt explota contra Rafael López Aliaga y se pregunta: "¿Qué hemos
hecho para merecer un candidato así?” Su elección seria un suicidio para la
democracia así titula Diario UNO
Diario UNO
comenta: “Es que el candidato que presentó una demanda de habeas corpus a fin de anular la formalización
de la investigación fiscal en su contra por presuntamente integrar una organización criminal dedicada al lavado de activos a pesar de
haber cambiado estratégicamente el tono su discurso en los últimos días, ya
ha dado abundantemente muestras de intolerancia
y falta de respeto al sistema democrático”.
El
domingo 2 de octubre el Perú celebra el próximo 2 de octubre elecciones locales
y regionales. Los electores acudirán a las urnas a depositar su voto y como
siempre, los resultados nos mostrarán la victoria de un alto porcentaje de candidatos
con prontuario. Pero, ¿Por qué los electores terminan votando por corruptos?
Una pregunta con muchas respuestas. Para la calle ningún candidato los
representa, son ladrones o corruptos. Se siente decepcionados.
Pablo
Ospina escribe, sin embargo, la aspiración de algo diferente pervive, como un
deseo reprimido, oculto bajo montañas de cinismo obligado. Por eso prosperan
los candidatos «antipolíticos», sea bajo la forma de partidos como PODEMOS, sea
bajo el ropaje más frecuente en sistemas de partidos débiles, de figuras
aisladas que concentran las esperanzas postergadas. Esa es la razón de otra
paradoja: mientras los escándalos revelados parecen no hacer mella alguna en
los partidos o las figuras políticas tradicionales, destruyen la confianza
entre quienes pretendieron presentarse como una alternativa.
“Mientras nosotros estemos quietos respecto a la reacción de esa clase, pues van a seguir haciendo lo que quieren, distribuyendo la plata como quieren, distribuyendo los contratos como quieren, distribuyendo nuestro bienestar como ellos quieren. El problema es que no tenemos una conciencia colectiva. Tenemos una posición cómoda e individual ante la vida”. (Jaime Garzón)