Día
del trabajo nada que celebrar
Son muy pocos los peruanos que
tienen chamba y los que la tienen, el sueldo no les alcanza ni para el
té.
Por ende, nada más propicio para recordar la política anti laboral
aplicado por el genocida Alberto Fujimori desde 1991 según una crónica publicada
en aquel entonces que republicamos por su contenido reflexivo.
A continuación, los datos y sus proyecciones por la continuidad del
modelo neoliberal hoy imperante que no es un modelo económico sino un modelo de
saqueo de nuestros recursos nacionales sustentado en el monopolio de la producción
por los grupos de poder dejando al Estado la educación y la salud.
Al iniciarse la Primera Legislatura
en julio de 1991, el Poder Ejecutivo solicitó al Congreso la dación de
Facultades Legislativas en varias materias que fueron otorgadas y en noviembre
publicaron 119 Decretos Legislativos, dentro ellos sobre asuntos educativos y
laborales como el D.Leg. 728.
Los representantes de la izquierda
expresamos su rechazo, pero el Premier, Alfonso De Los Heros dijo: “retroceder
.. nunca” y los acusó de tener “mentalidad retrógrada y negativa”.
Efectivamente, solo lograron revisar algunos, pero el conjunto no, porque ya
estaba en marcha la implementación del neoliberalismo en nuestro país y por
supuesto el golpe de estado del 5 de abril de 1992, tal como se conocería luego
en el llamado PLAN VERDE que publicaría la Revista OIGA. (La República, 23 de
noviembre de 1991)
Las consecuencias del nefasto
paquetazo de Hurtado Miller del 8 de agosto y las medidas legales señaladas
líneas arriba se notarían luego, porque el “Inhumano programa económico lanzó a
trabajar a más de 400,000 niños” y dentro de ellos a más de 60,000 “petisos” en
las calles de Lima, según el especialista Francisco Verdera en su libro, El
Trabajo Infantil en el Perú”.
Pero la situación se iba agravando,
al extremo que el Presidente de la Sociedad Nacional de Industria, Eduardo
Farah, denunció que “250,000 trabajadores quedaron sin empleo en cinco años” y luego
afirmó también que en “6 años la mano de obra no ha crecido y que por el
contrario en 1995 se redujo en 0.40%.”(La República, 13 de junio de 1996)
Pero lo más grave vino en 1998,
cuando el ministro de Trabajo de ese entonces, Jorge Gonzáles Izquierdo, de las
filas del PPC, afirmó sin rubor alguno que “400 MIL SE QUEDARON SIN TRABAJO”,
poniendo como argumentos que las causas se relacionaban con “el fenómeno del
niño, la crisis asiática y la crisis rusa”, pero que luego mejoraría la situación.
(El Correo,10 de diciembre 1998)
La realidad posteriormente se
agravaría por el despido arbitrario de miles de trabajadores por el cierre de
empresas debido a la crisis, la venta y remate de las empresas públicas y el
despido masivo de empleados públicos, los que lucharían mediante huelgas,
movilizaciones, acciones legales, consiguiendo algunos su reposición, pero la
mayoría se quedarían en la calle y otros morirían en la travesía.
Esta fue la realidad anti laboral en
los 10 años que gobernó la mafia fujimontesinista y que puede repetirse si los
inquilinos del establo de la plaza Bolívar logran recuperar el poder.
Lo único cierto: Ningún
aumento salarial en diez años:
Virtual
desaparición del salario mínimo
Despido
masivo de trabajadores públicos a través de mecanismos de “evaluación” y
“racionalización” -
Reducción
de número de trabajadores de empresas públicas para la
privatización.
Creación de
planillas secretas para pagar a la tecnocracia dorada.
Congelamiento
y tope a las pensiones -
Debilitamiento
y distorsión de la jornada de ocho horas y de la obligación de pago de horas
extras. -
Creación de
múltiples sistemas de contratación al interior de una misma empresa,
fraccionando los intereses de los trabajadores.
Tercerización
del empleo a través de subcontratistas.
Posibilidad
de crear varios sindicatos en la misma empresa.
Prohibición
de sindicatos en unidades con menos de 20 trabajadores.
Cancelación
del carácter acumulativo de los pliegos de reclamos.
En este marco y contexto la historia nos exige la obligación
de dignificar la memoria de nuestros mártires, asumiendo una actitud de
denuncia de la injusticia en cualquiera de sus formas y que la crisis
económica producto de la agresión salvaje de la derecha nacional e
internacional apoyada por el gran capital que representan, se traduzcan en el
fortalecimiento de la organización sindical y popular. La historia enseña, sin
lucha no hay victoria.
Que este año, sea de profunda reflexión y de profundización de la lucha
por un mundo mejor. Sin lucha no hay victoria y si vamos a luchar que sea para lograre
la victoria.