Congreso del Peru blinda a violador
El Perú es el único país del mundo donde cualquier infeliz
puede llegar a convertirse en parlamentario, como es el caso Freddy Diaz del
partido de Acuña que pese haber sido denunciado por violación sexual de una joven
trabajadora del mismo congreso anda libre e incluso participa en los plenos sin
ningún problema ni remordimiento. Y ¿los parlamentarios donde están? Todos
mudos. Ese es el congreso que tenemos, esa es la lacra que nos gobierna,
poniendo una vez más en evidencia que el llamado congreso tiene como inquilinos
a ladrones, violadores, traficantes de drogas, criminales y delincuentes. Así
lo evidencia el caso Fredy Diaz quien llegó al parlamento como militante del
Partido Alianza para El progreso que además despidió a la trabajadora que lo
denuncio.
Increíble pero cierto. En otras palabras, este
representante del Partido de propiedad de Acuña es una vulgar delincuente, sin embargo,
ostenta el cargo de congresista. Y lo más grave, anda libre disfrutando de su cargo
de congresista. Pero aquí lo que llama la atención y causa estupor e indignación
es que lo que ocurre en el llamado parlamento no es nuevo y si se indagamos en
el establo de la plaza Bolívar nos encontraremos con congresistas que cuentan
con un abultado pasado judicial ligado al narcotráfico, al robo, coimas y otros
delitos comunes, que hacen del congreso peruano, un verdadero estercolero donde
fluyen los restos de un sistema político podrido y vergonzoso para el país.
Por su contenido profundamente reflexivo, adjuntamos nota
periodística publicada por el Diario La Republica
Congreso blinda a
violador
Diario La República 31 AGO 2022 | 7:57 h
Con 8% de aprobación, sigue
protegiendo de la justicia a parlamentarios.
La frase “otorongo no come otorongo” cobra vigencia
cuando el Congreso de la República se presta para proteger del
rigor de la justicia a los congresistas que son acusados de diferentes delitos cometidos
durante su periodo y que demandan antejuicio.
Ahí están para ejemplo los casos sonados del
excontralor Edgar Alarcón o la excongresista Luciana León. El primero,
protegido por la votación de sus pares; y en el segundo caso, sin que se
proceda aún al antejuicio necesario para que pueda actuar la Fiscalía.
En el caso correspondiente al congresista Freddy Díaz,
acusado de violación sexual por una trabajadora del mismo Congreso y
que estaba bajo su autoridad, ya que formaba parte de su despacho; el manto de
silencio y complicidad de sus colegas parece estarlo protegiendo mientras se
pretenden acallar las voces de lo ocurrido.
PUEDES VER: Freddy Díaz: informe final de la Comisión de Ética será
presentado el 31 de agosto
Salvo algunos días de ausencia por licencia y que
coincidieron con su semana de representación, el congresista ha
vuelto a sus labores habituales, ha procedido a votar en los plenos y ha
cobrado sus haberes correspondientes con toda normalidad. En la votación
con la que se aprueba interpelar al ministro de Transportes, Geiner Alvarado,
consta el voto del cuestionado congresista.
La Comisión de Ética, que debería
haber agilizado la revisión de la situación del congresista, contra quien la
Fiscalía anuncia el inicio de una investigación preliminar, ha programado la presentación del informe final para hoy,
en sesión ordinaria. Es de esperar que no se busque la impunidad en este caso
de agresión sexual sin precedentes, cometido en el propio
recinto parlamentario.
El presunto delito se produjo el pasado 27 de
julio, luego de una celebración interna en el despacho del congresista por
las Fiestas Patrias. La trabajadora señaló haber sido atacada
por el congresista y encerrada luego en la oficina hasta ser rescatada. Se
dirigió al Ministerio de la Mujer a pedir ayuda legal y pasó
todos los exámenes que se requieren para sostener una denuncia policial.
PUEDES VER: Freddy Díaz: congresista denunciado por violación
declarará ante Comisión de Ética
Ella, en algún momento de la semana siguiente de
ocurridos los hechos, expresó tener miedo de las consecuencias de su denuncia y
advirtió la posibilidad de recibir represalias.
La revictimización es uno de los reales peligros de este tipo de denuncias. Se expone a las mujeres a gran publicidad del caso, se les agrede con todo tipo de suposiciones y, lastimosamente, los resultados del proceso no siempre sancionan ejemplarmente al violador. Esperemos que se permita a la justicia hacer su labor y que el Congreso no siga apañando violadores.