Presidente Castillo convertido
en piñata
El periodista Cesar Hildebrandt
manifiesta que la vacancia ya se ha
producido pero no dice que el escenario
en el que se desplaza el presidente Castillo está copado buitres que lo único
que buscan es vacarlo o inhabilitarlo por significar una amenaza para los “sagrados intereses de los grupos de
poder infiltrados en el en el establo de la plaza Bolívar que tiene una agenda
donde el único punto es causarle un fuerte dolor de cabeza utilizando para tal
propósito las armas más insospechadas y muy poco éticos . Un ejemplo de este
tipo de método es la puesta en práctica de emboscadas periodísticas
difamatorias a través de feroces campañas de prensa sustentada en que toda campaña
de lenta demolición consiste en causar
al enemigo escaramuzas obligándolo a pronunciarse sobre temas
conflictivos, desgastarlo en marchas forzadas, empujarlo a exponerlo para así
explotar sus debilidades y fallas.
De lo que se busca es llevarlo a la batalla decisiva débil y cansado, mal equipado. El objetivo es claro: demolerlo
En este marco y contexto lo que
le ocurre al presidente Pedro Castillo es particularmente extraño. De todos los
embarrados en actos de corrupción, Castillo es el único. Así las cosas, el
presidente Castillo terminaría convertido en perseguido político.
¿Por qué no están comprendidos el fujimorismo, Keiko Fujimori y sus hermanos, Graña Montero, Luciana León, Alarcón, la hermana de la Fiscal de la Nación, etc. etc.? Nos hubiera gustado ver a los golpistas, a la fiscal de la Nación, al fujimorismo, a la prensa mermelera, brutalmente duro con los implicados arriba mencionados como lo son con el mencionado presidente Castillo que en los 16 meses de gestión viene siendo objeto de acusaciones a la fecha no demostrados.
¿Quién está detrás de todo este asqueroso libreto esquizofrénico con guion paranoico? Al igual que Fujimori el objetivo es desprestigiar a la clase política y sus políticos. Después de este linchamiento psicosocial lo que se busca en última instancia es preparar el terreno para recuperar el poder.