La voz del pueblo se dejó escuchar: Congreso rechazo vacancia
contra presidente Castillo
Para vacar al presidente se necesitan 87 votos que no lo tienen. Además, las razones en la que se sustenta la moción de
vacancia eran insuficientes y cualquiera de las acusaciones que se le han hecho
deben ser procesadas al final de su mandato, pero, en la práctica lo que se
impone es la fuerza de los votos. Y la oposición no alcanzo los votos
necesarios para vacar al presidente Pedro Castillo
Escribía Jonathan Castro periodista peruano y editor general de
‘La Encerrona’. Es poco probable que Pedro Castillo termine su mandato
presidencial de cinco años en el Perú. La oposición en el Congreso ha planteado
un pedido de vacancia por permanente incapacidad moral que, si no triunfa en
las próximas semanas, volverá insistentemente a perseguirlo ante los nuevos
escándalos. En apenas cuatro meses, Castillo ha dilapidado, a golpe de malas
decisiones, el corto capital político que tenía al empezar su gobierno
Como era de esperarse, se desinflo la moción de
vacancia contra el presidente Pedro Castillo no solo por la ausencia de
argumentos sólidos, convicción alguna para someter a nuestro país a caprichos
personales sino, sobre todo por temor a un desborde social con más graves
consecuencias que cuando Merino reemplazo al destituido presidente Martin
Vizcarra que el pueblo rechazo violentamente con el costo de dos jóvenes asesinados.
El pedido de vacancia fue promovido por Avanza País,
Fuerza Popular y Renovación Popular y, requería de 52 votos que no lo tenían. “Debemos
valorar las conductas, las acciones de quien se jacta ser el presidente del
pueblo, pero que se ha convertido en verdugo de los peruanos”, manifestó
Patricia Chirinos (Avanza País) al momento de sustentar la moción de vacancia que
el Congreso rechazo admitirlo.
El resultado de la votación de 46 a favor, 76 en contra y
4 en abstención no debe interpretarse como patente de corso o apoyo incondicional al presidente
Castillo que debe entender que es el tiempo de prestar atención a esas voces
críticas, a esas opiniones no concordantes, así como sobre evidentes errores
administrativos, algunos de los cuales lindan con la ilegalidad como el despachar
en Breña lugar que no es palacio de gobierno.
El presidente Pedro Castillo debe entender o alguien debe
hacerle entender que los tiempos han cambiado y que por lo tanto es la hora del
diálogo, de aceptar errores y proceder a corregirlos. Que es preciso dialogar
con humildad e interés, en busca de lograr el país que soñamos, con un Estado
que no renuncie a su soberanía, con un Estado al servicio de los peruanos y no al
servicio de los grupos de poder. Con un Estado que promueva crecimiento económico
pero a la vez que promueva desarrollo económico que mejore las condiciones de
vida de los peruanos, un Estado que luche contra la pobreza y no contra los
pobres.