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domingo, 24 de octubre de 2021

La unidad que necesitamos: nos unimos o perdemos

 

La unidad que necesitamos: nos unimos o perdemos

Escribía un anónimo “La unidad, que hay empezar a construir desde las bases es la tarea de hoy, la llave para resolver todos los demás problemas. No se trata de una unidad pegada con chicle, sino maciza, que solo es viable en torno de un proyecto transformador y de la voluntad de cambiar el destino de la patria”. Lo que está en discusión es el procedimiento o el camino a seguir en la forja de esa unidad.

Tan importante es el problema de la unidad que podemos concluir con una consigna: ¡Sin unidad no hay victoria!

´Hablemos claro: hacer política de izquierda no es solo preconizar los cambios sociales y económicos que ello implica; es también construir la fuerza política que la haga realidad y comprometer, en esta tarea, de trascendencia histórica, a la mayoría de la población víctima del Neoliberismo

Es la razón que da sentido al PS. Debe ser también el centro de nuestra preocupación cotidiana.

Lo que mas teme la derecha, en general las fuerzas reaccionarias, es el despertar de los pueblos, los avances en su conciencia democrática y antimperialista, su cada vez mas evidente rechazo al neoliberalismo y sus consecuencias. Tampoco es difícil entender la desconfianza y la indignación creciente de los trabajadores frente al gobierno de García. Sectores de su mismo partido cuestionan su gobierno con las más rancia de la reacción, de la corrupción y el entreguismo.

La conciencia de esta realidad lleva necesariamente a pensar en un cambio de fondo del escenario político nacional. Si ya nada nuevo se puede esperar de una derecha en decadencia, que no tiene otro camino que continuar la herencia fujimorista, entonces queda abrir una vía distinta basada en los intereses de las mayorías hasta ahora postergadas.

Esa vía distinta significa un cambio de fondo en todos los órdenes, comenzando por la vieja república y sus instituciones en crisis, el modelo de saqueo nacional que es el neoliberalismo, el Estado centralista y corrupto. No son cambios secundarios los que se necesitan, sino sustanciales, para sacar al pai adelante y salir de la pobreza y el atraso,

Una tarea así, además urgente exige contar con la unidad c de la izquierda, el nacionalismo y el progresismo, además de una firma voluntad de victoria. Para derrotar a la derecha la unidad es indispensable, también o para gobernar bien y con éxito.

Lo que hoy caracteriza a la oposición popular es su dispersión, además de la ausencia de una estrategia común y de una plataforma convincente y consensuada. Dispersos, fragmentados, luchando cada uno por su lado, siempre seremos débiles y victimas de nuestros propios engaños.

Por eso, la unidad que hay que empezar a construir desde las bases, en la esfera política, social y cultural, es la gran tarea de hoy, la llave maestra o para resolver los demás problemas.

No se trata de una unidad pegada con chicle, sino maciza, madura, solvente, que solo es viable en torno de un proyecto trasformador y de la voluntad de cambiar el destino de la patria-

La consigna ¡gran unidad para un gran cambio! Sintetiza esta aspiración.

Es el momento de actuar, las palabras sobran sino están refrendadas por los hechos. Se trata de actuar, de tomar iniciativas, de empezar.

Los frentes populares que hoy encabezan las jornadas de los pueblos del interior, indican que vamos por buen camino.

FUENTE: PS