De no concederse el voto de confianza al Gabinete Bellido, lo que sigue es la vacancia del Presidente Pedro Castillo, que es la carta debajo de la mesa de la torpe ultraderecha en alianza con el fujimorismo. No les importe las graves consecuencias que tal decisión podrían terminar originando. No les interesa a la pandemia ni la reactivación económica. Consumado el plan, al diablo las reformas cuyo único objetivo era mejorar la calidad de vida de quienes cuya esperanza representaba el gobierno del Presidente Pedro Castillo.
En
este escenario embalsamado de hechos que han alcanzado el nivel del escándalo lo único que queda es el cierre del
Congreso que ponga fin la conducta delincuencial de un parlamento que no le importa el país porque
lo único que busca es la captura del poder, no para luchar contra
la corrupción, sino para traerse abajo las investigaciones por corrupción, lavado de dinero y por integrar una organizacion criminal y así, evitar el
encarcelamiento de políticos y
funcionarios involucrados en actos de corrupción y lavado de activos.
Es
realmente deplorable que en nuestro país se esté repitiendo la historia de la
prepotencia, el abuso y la corruptela que sufrimos los peruanos en la nefasta
década fujimontesinista de los ’90.
La
actitud asumida por el hampa política convierte al Congreso en un paquete de miércoles, el ingrediente que le faltaba a esta letrina de embusteros, de serviles vasallos de los grupos económicos de poder, de “escarabajos”, que creen
que el Perú es una enorme paquete de m………… que se pueden compartir.
El fujimorismo, a través de Fuerza Popular, y sus representantes en el Congreso de la República ha creado un “capítulo delincuencial” de la política peruana, sostiene el periodista César Hildebrandt.
Por otro lado, como lo subrayaba Don Cesar, el fujimorismo es el origen de la ruina del Congreso “No es posible que la política se dirija desde prisión”, enfatiza.
La
pregunta final, ¿Qué hacer ante este oscuro panorama político social creado por la
lacra enquistada en el parlamento?
No cabe ninguna duda, nos encontramos en un escenario en lo único que queda es el cierre del Congreso. No existe otra alternativa que ponga fin a los desmanes de la pandilla de mafiosos que manejan el Congreso como si fuera su chacra.