Tupac
Amaru un olvido imperdonable
El día de hoy 5 de noviembre del 2022, en la plaza de Armas de Lima, el Ministerio de Cultura recordó los 242 años del cruel asesinato de José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II, y de su esposa. Como se recordara, el 4 de noviembre de 1780, Tupac Amaru, se revelo con el coloniaje español pero fue derrotado en Tinta, el 6 de abril de 1781. Intentó huir, pero fue traicionado y entregado al ejército hispano y luego condenado a muerte y cruelmente asesinado en la Plaza Mayor del Cuzco, el 18 de mayo de 1781. Tupac Amaru es considerado como el que inicio la lucha por la independencia del Peru y las colonias. Fue el que prendió la chispa que incendio la pradera. Logro integrar a esclavos negros, indígenas, mestizos, y criollos. .
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preguntas para la reflexion:
¿Que nos enseña Túpac Amaru? ¿Por qué se reveló Túpac Amaru? ¿Qué error cometido Túpac Amaru? Son preguntas que generan más de una respuesta.
A continuación una crónica sobre Tupac Amaru que adjuntamos por su profundo contenido reflexivo.
Pasajes de
la gran rebelión del inca ante los abusos cometidos por los invasores.
26.07.2020
José
Gabriel Condorcanqui, más conocido como Túpac Amaru II. Descendiente de la realeza inca, José Gabriel
Condorcanqui, curaca de Surimana, Tungasuca y Pampamarca, adoptó el nombre de
Túpac Amaru II y encabezó la más formidable revolución indígena de la época
colonial, en protesta por el maltrato que recibían los indios por parte de los
corregidores. Entre sus exigencias figuraba la supresión de los corregimientos
y la creación de una Real Audiencia en el Cusco para una rápida administración
de justicia, ya que solo existía la Real Audiencia de Lima para todo el
territorio del Virreinato. A estos reclamos, se unió posteriormente su deseo de
separarse del yugo español; es decir, su rebelión, originalmente de tendencia
reformista, se convirtió en separatista. Para algunos analistas, fue el
iniciador de la lucha por la emancipación política del Perú.
La
rebelión estalló el 4 de noviembre de 1780 en el pueblo de Tinta (50 leguas al
sur del Cusco) y puso en movimiento a todo el sur del Virreinato del Perú,
hasta la región de Charcas. Repercutió, además, en el resto de los dominios
españoles de Sudamérica.
El
primer episodio de la revolución fue el apresamiento del odiado corregidor de
Tinta, Antonio de Arriaga, quien fue ejecutado públicamente. Acto seguido,
Túpac Amaru se puso en marcha hacia el norte contando con la simpatía y
adhesión de los pobladores que, en su mayoría, estaban armados de picos, palos,
hachas y sólo algunas armas de fuego. En estas condiciones, ganó la batalla de
Sangarará, librada el 18 de noviembre de 1780. Pero no quiso todavía dirigirse
al Cusco y prefirió retirarse a Tinta, donde el día 27, lanzó un manifiesto
explicando las causas que le habían llevado a la sublevación. Poco después, a
inicios de diciembre se dirigió al sur, atravesó la cadena del Vilcanota, pasó
por Lampa, Pucará y penetró en Azángaro, extenso recorrido con el que pretendía
ganar adeptos a su causa.
El
virrey Agustín de Jáuregui envió al Cusco al visitador José Antonio de Areche,
con poderes extraordinarios para sofocar la rebelión, teniendo como ejecutar
inmediato al mariscal José del Valle. Es así como los españoles, con refuerzos
llegados desde Lima, enfrentaron a Túpac Amaru, que ya por entonces (enero de
1781), se había decidido a atacar el Cusco. Sin embargo, este no pudo doblegar
el poderío de las fuerzas realistas y sufrió sendos reveses en las batallas de
Checacupe y Combapata, por lo que se vio obligado a retroceder. Los realistas,
en su persecución, ingresaron a sangre y fuego a Tinta, que fue totalmente
destruida. El inca, su mujer y sus tres hijos huyeron a la villa de Langui
donde fueron apresados por la traición de un partidario suyo. Enseguida, fue a
parar a manos de Areche. Sufrió atroces torturas, para que delatara a sus
colaboradores cusqueños, pero permaneció hermético. Finalmente fue sentenciado
a muerte.
El 18
de mayo de 1781, en la Plaza de Armas del Cusco, Túpac Amaru II fue
descuartizado a hachazos, luego de un intento fallido de desmembrarlo usando la
fuerza de cuatro caballos. Previamente, se le obligó a presenciar la muerte de
su esposa Micaela Bastidas, de sus dos hijos mayores y de otros familiares y
partidarios suyos. Su hijo menor, Fernando, fue enviado a los presidios de
África. Sus miembros mutilados fueron enviados a distintos puntos del sur del
virreinato y clavados en picas, para que sirviera de escarmiento a las
poblaciones rebeldes. Sin embargo, el espíritu de lucha se mantuvo entre sus
partidarios, quienes, encabezados por Diego Cristóbal Túpac Amaru (primo suyo),
se mantuvieron en pie de lucha hasta principios de 1782.
El
horrendo sacrificio de Túpac Amaru y la represión feroz de la rebelión (cuyo
saldo, según el cálculo de los mismos represores, fue de 120.000 hombres
andinos muertos), avivó más la rebeldía contra la dominación española. Obligó a
la corona española concentrar sus fuerzas en el sur peruano, de modo que dicha
zona se convirtió en el último bastión del poder español en Sudamérica. Además,
en su momento el sacrificio de Túpac Amaru II no resultó estéril, pues a raíz
de esta rebelión se suprimieron los corregimientos y se creó la Real Audiencia
del Cusco, tal como lo había exigido el inca rebelde.