Elecciones municipales Carabayllo 2022: Perú Libre no es opción
si se presenta solo
"Las masas reclaman la unidad. Las masas quieren fe.
Y, por eso, su alma rechaza la voz corrosiva, disolvente y pesimista de los que
niegan y de los que dudan, y busca la voz optimista, cordial, juvenil y fecunda
de los que afirman y de los que creen". JC MARIATEGUI
Una elección no se gana tan solo deseándolo, el camino al
infierno este empedrado de buena voluntad. Si la izquierda no se une no tiene
ninguna posibilidad.
A escasos meses de la elección electoral, el panorama
político distrital no podía ser más deprimente, y es que, lo que queda de la
llamada izquierda unida comete un gran error de visión estratégica cuando
acepta participar en las elecciones municipales como Perú Libre llevando como
candidato a la alcaldía a un personaje que viene de la organización política
fujimorista Patria Segura antes llamado "Cambio 90". Y lo más grave, sin contar
con la participación de otras fuerzas de la izquierda.
Como puede deducirse, dicha convocatoria no obedece a la idea
de construir una alternativa política de dirección y centralización del clamor
de los ciudadanos carabayllanos cuyo reto es construir una alternativa de poder
que Carabayllo necesita contar con urgencia y que no signifique confundir ideas
con intereses, menos fantasía con realidad sustentada en la victoria de Pedro
Castillo.
Escribía don Pedro Salinas “Miserable estilo de hacer política, es el estilo de disfrazar de interés general el interés particular, Es el estilo de los que quizás no son bastardos de nacimiento, pero si lo son de vocación, Es el estilo de quien cree que la política es la segunda profesión más antigua.
No esta demás recordar que Pedro Castillo hasta hace poco
tiempo no era ni siquiera militante de base de la organización política Perú
Libre que apareció en el 2008 como Movimiento Regional Político Perú Libre promovido
por el médico neurocirujano, ex gobernador regional del departamento de Junín,
Vladimir Cerrón Rojas.
Se trataba de otra organización política que también se
autoproclamaba socialista, y que siempre se ha tratado de arrimar al árbol más
visible. Así tenemos que en las elecciones municipales del 2018 llevó como
candidato a la Alcaldía de Lima al empresario de medios de comunicación y ex
alcalde de la capital peruana, Ricardo Belmont Cassinelli, personaje de
centro-derecha que, más allá de su recién estrenado discurso incendiario,
siempre ha representado los intereses del empresariado.
Cabe señalar que Pedro Castillo nunca fue de Perú Libre,
participo como candidato invitado y si logro el resultado que todos conocemos
no es gracias a Perú Libre es porque significaba la esperanza de millones de peruanos
olvidados por los gobiernos de turno.
Claro. Es cierto. No se puede negar que Castillo tiene
relación con algunos sectores sociales del pueblo peruano; sin embargo, eso no
significa que se tiene asegurado el triunfo en Carabayllo por ser Perú Libre
con propuestas que las podría realizar cualquier candidato, incluso uno de
extrema derecha como es el caso del el
hermano del alcalde que cree que por ser pobre somos idiotas que estamos para
bufas operetas con la estúpida monserga de que lo bueno debe continuar amparado
en las donaciones de millones de soles y
toneladas de alimentosas que viene utilizando para publicitar su candidatura.
Así las cosas qué
de izquierda tiene verdaderamente la candidatura de Emerson López ex candidato de Patria Segura?
Ni su extracción social lo convierte automáticamente (como a nadie) en un
sujeto que pretenda llevar a cabo cambios sustanciales en favor de los sectores
populares de Carabayllo. Menos excluyendo a otros sectores de la izquierda
mucho más representativos.
Así, está mal llamada izquierda y su
candidato que concurre a un proceso electoral el mes de octubre, evidencia una
vez más el viejo espíritu de pulga: saltando de una a otra organización
política, con acrobacia envidiable para cualquier atleta de salto con garrocha;
mientras se debate entre posiciones erráticas, oportunistas, pragmáticas. De
este modo, se vende al pueblo una mera ilusión (una más), que colisiona contra
la razón de ser y por la cual subsiste históricamente a costa de la sangre,
sudor y lágrimas del pueblo trabajador. Condenable y desvergonzada conducta
política de quienes se autoproclaman representantes populares olvidando que sin
organización, unidad y lucha lo que le espera a Perú Libre es la derrota.