CORRUPCIÓN Y POLÍTICA DOS CARAS DE UNA MISMA MONEDA: NADIE DA DINERO POR NADA
Está demostrado que la corrupción y la política están
íntimamente relacionadas- La corrupción necesita de la política para supervivir,
por ello financian candidaturas como
lo demuestran los millones de dólares entregados a Keiko para financiar su candidatura
a la presidencia en los años 2011 y 2016.
Es evidente que no hay puntada de aguja sin hilo. Es
decir, nadie entrega dinero por nada. Definitivamente hay un intercambio de
favores como lo señala la nota periodística que adjuntamos.
No esta demás señalar que en los últimos años se han puesto
al descubierto innumerables casos de corrupción que la población ha percibido
como la corrupción del sistema económico y político.
A continuación, por su alto contenido
reflexivo, adjuntamos una nota informativa publicada por el economista Pedro
Francke publicada el 21 Nov, 2018 que republicamos por su alto
contenido reflexivo:
CORRUPCIÓN: KEIKO CON LA MÁS SUCIA DE LAS
PETROLERAS, POR PEDRO FRANCKE
En artículos anteriores mostramos
como Keiko Fujimori, tras recibir dinero de la industria de comida
chatarra, frenó la obligación de que informaran a los consumidores de contenido
de grasas, azucares y sodio de sus productos. También mostramos como, habiendo
captado fondos y recibido importantes favores de la agroindustriales, los
favoreció buscando prorrogar exoneraciones y manipular fiscales. En
esta tercera entrega, mostramos como, habiendo sido favorecido con plata de
campaña por la trasnacional petrolera más contaminadora, Keiko promovió
una ley para reducirles a las petroleras miles de millones en el pago de
regalías al estado peruano.
En efecto, Pluspetrol Peru Corporación SA estuvo entre las empresas que formaron la bolsa de 2
millones de dólares de la Confiep destinada a apoyar a Keiko el
2011, de lo que recién nos enteramos cuando Jorge Barata de Odebrecht lo
declaró como parte de su pacto de “delación premiada” con la justicia
brasileña.
Ya este año, cuando Keiko se
sentía todopoderosa con su control del congreso, la mayoría fujimorista de la
comisión de energía y minas del Congreso aprobó un proyecto de ley con el cual
las concesiones a las grandes trasnacionales petroleras y gasíferas se
ampliarán veinte años más y tendrán regalías rebajadas hasta 5% mientras hoy
pagan más de 20%. Esta ley beneficiaría inclusive a quienes ya tienen contratos
firmados sin que haya licitación nueva, a dedo nomás, lo que como sabemos
favorece la corrupción al impedir la competencia. La reducción de las regalías
que quiere regalarles Fujimori a las petroleras no baja
de 800 millones de dólares.
Con este proyecto de ley también se
quiere rebajar los estándares ambientales, rubro en el cual el récord de
contaminación se lo lleva Pluspetrol, empresa que abandonó el lote
1 AB en la selva norte luego de 15 años de operación, dejando sin pagar
39 millones de soles por doce multas ambientales
y otros 3 mil millones de soles por deudas tributarias. La
contaminación en la zona es tan grande que gobiernos sucesivos tuvieron que
declararla en emergencia ambiental porque los ríos y lagunas están fuertemente
contaminados, con terribles efectos sobre la salud y la vida de los pueblos
indígenas. Pluspetrol dejó esa zona pero la misma trasnacional
sigue operando en Camisea como si nada, sin pagar las multas
que debe. Sí, se trata de la misma Pluspetrol que puso varios
cientos de miles de dólares en la campaña pro-Keiko de la Confiep el
2011.
La misma Keiko Fujimori declaró a la
prensa en agosto pasado su interés directo en esta ley. En versión del diario
Gestión, “sobre algunas leyes que considera importantes, [Keiko] detalló que
una de ella es la Ley de Hidrocarburos” y en claro mensaje a
Vizcarra dijo que “ese trabajo no es fácil de implementar, se ha hecho una
serie de audiencias públicas en diferentes regiones en las que solo van los
congresistas de la república y es ahí donde el esfuerzo tiene que ser
compartido (con el Ejecutivo)”.
¿Causalidad? No creo. Son indicios
claros de un intercambio de favores corrupto, con la cabeza de una
banda de crimen organizado haciendo que sus fieles
congresistas aprueben leyes que regalan millones del estado a quienes
aportaron en campañas (fracasadas) en pro de su elección.