Pedro Castillo
es un profesor rural, dirigente sindical, luchador social y político peruano convertido
en la esperanza de un país por siglos marginado, con 200 años de independencia en
teoría y, con un modelo que no es económico, sino un modelo de saqueo de
nuestras riquezas sustentado en el monopolio de la producción por los grupos de
poder nacional e internacional, dejando al Estado la responsabilidad de la educación
y la salud.
Los peruanos no votaron por el comunismo, votaron por el
Prof. Pedro Castillo porque significaba la esperanza del ingreso de nuestro país a
una etapa de definiciones que cambiaría la vida de los peruanos.
Los peruanos no votaron por el
comunismo, votaron para que los ingresos que se logran a través de nuestros recursos
sirva para cambiar la vida a la mayoría
de peruanos. Y eso depende que se deje de gobernar para los intereses de unos pocos
que financian campañas millonarias como las de Keiko
Los peruanos no votaron por el
comunismo, votaron por la esperanza de ver la multiplicación de sus ingresos,
la urgencia de resolver los problemas de salud, educación, agua, vivienda, etc.
Los peruanos
no votaron por el comunismo, votaron por el cambio poque el país en el que
habitamos y cumplimos nuestras actividades más importantes, vive su hora más
dramática. Nunca antes los problemas han sido tan graves y la incapacidad y la
voluntad para resolverlos tan evidente.
Claro. Es cierto. La responsabilidad de las crisis que
enfrentamos, obedece a la convergencia de la incapacidad de las autoridades de
los últimos años, agravado por el gobierno de Fujimori que obsesionado por
perennizarse en el pode, no dudo en agredir nuestra economía con decretos y
acciones que terminaron asfixiándonos financieramente con la dación de una
constitución a medida de los grupos de poder económico nacional e internacional.
Es cierto.
Somos conscientes y claros, que no habrá cambio alguno si no se logran
restablecer los equilibrios necesarios para alcanzar no solo el crecimiento
económico, también el desarrollo económico que signifique el mejoramiento de
las condiciones de vida de nuestro pueblo.
En
consecuencia, el reto de construir ciudades equitativas, apacibles, con
capacidad de respuesta a las nuevas demandas y espacios de convivencia
democrática y tolerancia, es una condición de modernidad que aspiramos y para
la cual se ha comprometido el presidente Pedro Castillo
Los peruanos
que asistimos al naufragio de nuestro país no podemos permanecer impasibles.
Debemos defender nuestro hábitat del deterioro que lo amenaza.
Por ello. Es nuestro
sueño, nuestra esperanza, nuestra ilusión
un Estado que no esté al servicio de los grupos económicos, un Estado
que busque el crecimiento económico y que este crecimiento se convierte en desarrollo
económico que mejores las condiciones de nuestro pueblo, un Estado que no
renuncie a su soberanía sobre nuestros recursos económicos y finalmente, un Estado
que no luche contra los pobres sino contra la pobreza.