Dos jóvenes un mismo destino: Homenaje Póstumo
Juan Gómez del distrito de Comas se fue hace menos de un
mes, Ulises Mendoza de Carabayllo partió hace más de 7 años y sin embargo pese
al tiempo transcurrido los recordamos en particular por su solidaridad con los niños
más pobres con quienes todos los años compartían chocolatadas acompañados de
regalos. Como lo manifiesta Evelyn Sandoval, Ulises, siempre preocupado por la
necesidad de los demás, siempre buscando justicia, siempre luchando contra la corrupción,
un gran líder, un gran hombre, un gran hijo.
“Dicen que la muerte es un mal necesario, pues sin ella
las personas no tendrían descanso y paz eterna. Son tanto los peligros en la
vida, que muchas personas mueren a diario por diversas causas, ya sean
accidentes, enfermedades, crímenes y otros motivos, tarde o temprano todos
moriremos y las personas que nos rodean también, si ya has pasado por esa
dolorosa etapa de perder a un ser querido, sabes lo que significa la muerte, A
veces son nuestros amigos los que sufren la perdida de alguien cercano, a veces
en estos momentos tan dolorosos, tenemos que demostrar que aprendimos todo lo
que en vida nos enseñó, como eso de ser fuerte en los momentos más difíciles,
Esos días son de los más tristes”
NACEMOS,
CRECEMOS Y MORIMOS ES LA REALIDAD
Ante determinadas muertes, me pregunto y
no encuentro respuesta ¿Por qué tanta gente mala dura y porque mueren personas
de buen corazón como Juan y Ulises que hicieron de su vida un apostolado? Es cierto.
Todos algún día tenemos que partir, pero Juan Gómez y Ulises Mendoza eran personas
relativamente jóvenes con muchos sueños, esperanzas, ilusiones y compromisos,
en particular con los niños con viviendas asentadas sobre pircas en la falda de
los cerros sin los servicios elementales de agua y luz y a quienes en la mayoría
del caso no les llega las donaciones de alimentos donados por el gobierno ni
las obras pese a los millones entregados por el Estado.
Claro. Es cierto. Todos sabemos que llegamos al mundo
como quien hace una visita y sabemos que un día vamos a morir. Sabemos también que
nadie saldrá vivo de este mundo y que la muerte es un destino seguro, el más
seguro de todos del que no nos libraremos.