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jueves, 24 de marzo de 2022

PERÚ: LA IZQUIERDA DE DON JACINTO PELAEZ

 

PERÚ: LA IZQUIERDA DE DON JACINTO PELAEZ 

Las reflexiones que siguen se dan a propósito que llamada izquierda levanta la bandera de la necesidad de la unidad dizque para superar la crisis que enfrentamos. Parece que a algunos dirigentes de las izquierda  les gusta jugar con las expectativas de las masas como lo demuestra la crónica que adjuntamos para cfonocimiento publico y difusion por su profundo contenido reflexivo.

Por Autor De Kaos 2014 Publicado el Jun 3, del 2006

La izquierda peruana, mejor dicho, los minúsculos retazos de lo que ayer se llamaba “izquierda unida”, nos hace recordar a la joven desdichada y sin suerte de la novela de don Jacinto Peláez (*). La pobre chica, narra don Jacinto, ya no era virgen como para sentirse orgullosa, y a golpe de engaños y mentiras tenia diez hijos de diferentes progenituras. Su vida era triste y errante, maltrecha, y sin belleza nadie la tomaba en cuanta, ni siquiera para contarle un nuevo cuento. Que tristeza había en su vida.

Un poco de este drama, no griego, pero si peruano, cabe en la historia de la izquierda caviar del Perú. En1985, como doncella en flor, abrieron los ojos y se entregaron a Alan García Pérez, en quien vieron al buen mozo, joven y fornido que les deparaba un destino confortable y prometedor. Pobre izquierda y ahí fue engañada, por decir una frase de la novela de don Jacinto Peláez. Después, cuando pasó los 9 meses y se dieron cuenta del engaño ya era tarde. Lloraron y gritaron derechista y reaccionario. Poco tiempo después, en 1990 apareció como un príncipe encantado Alberto Fujimori, un chinito con saco y corbata que les crispo el corazón y el flechazo fue a primera vista. La izquierda, un poco en sueños y un poco en la realidad, navegó en los oropeles del poder. Engañada vilmente por García Pérez, llamó a votar por el pretendiente Fujimori. Y ahí nuevamente volvió a ser miserablemente engañada. El chinito salió más mentiroso que el propio García, y como narraría don Jacinto Peláez, esta infeliz moza cayó una vez más en las lujurias de sus ambiciones.

Pero no crean que esta desdichada izquierda aprendió la lección, y como dice con sabiduría don Jacinto, “gallina que come huevo así le corten el pico”, volvió a repetir la historia. En el 2001, sin ningún remordimiento de por medio, quedo hechizada por los encantos y promesas que le cantó en las orejas don Alejandro Toledo, al que esa izquierda, la que ahora vive como alma en pena, lo llamó el “cholo” y el gobierno de todas las sangres”. Lo que vino después ya es historia conocida, y la pobre izquierda como la deidad embarazada se quedó esperando el paso de algún otro marchante que le reconozca el hijo.

Y cuando ustedes piensan con justa razón que la izquierda peruana, maltrecha y despreciada por tantos engaños y amores ingratos, aprendió la lección y que ahora no hay héroe o villano que le tome el pelo, se equivocan de cabo a rabo. Ahora en pleno 2006, con ojos moribundos y lastimeros de tantos fracasos, mira con destellos libidinosos al comandante Ollanta Humala, también fornido, de gruesas palabras y ducho en manejo de armas. El militar le ha robado el corazón a esa desdichada izquierda caviar que sin respingo grita ahora votar por el ex militar fujimorista. Y los recuerdos son simples recuerdos, y para qué acordarse de García Pérez, Alberto Fujimori y Alejandro Toledo son malos momentos del pasado y nada más. En todo caso, como se dice don Jacinto Peláez, no hay primera sin segunda, y en penas y amores son muy pocos los entendidos.

Pero al margen de la historia novelesca y pueblerina de don Jacinto Peláez que el tituló “Las palomas se fueron volando”, es bueno aterrizar en los hechos actuales y recordar que esta izquierda no tiene nada de inocente. Los aparentes engaños fueron consentidos y en ese sentido no hubo delito de la parte contraria. Su trayectoria, si bien es cierto es deprimente como para ponerse a llorar, es simplemente oportunismo rastrero hacia el poder de turno. El carácter ideológico de su conducta es evidente y se trata que esta izquierda, ya no es izquierda, o en todo caso se trataría de la izquierda de la derecha peruana. En estos últimos 20 años ha buscado cualquier pretexto para colaborar con los regimenes de turno. Así vieron en García Pérez, el radical contrincante de la derecha peruana, y así vieron en Fujimori, el opositor por excelencia de los grupos de poder liderado por el escritor Vargas Llosa. Y así vieron en Alejandro Toledo, al líder de los pobres y de los sectores democráticos del Perú. Y así ven ahora en Ollanta Humala, al antiimperialista y el “grito y la esperanza de los excluidos, de los pobres que exigen un cambio del modelo económico”. (Sinecio López, antiguo dirigente de izquierda unida, y ahora funcionario del gobierno de Toledo).

Lo que hay que tener en cuenta en la cándida historia de esta izquierda, es que su deprimente conducta para arrastrarse tras los candidatos de turno de los grupos de poder, va paralelo a su descomposición y crisis interna que se acentúa cada vez más. Basta mirar sus resultados electorales para saber que no representan a ningún sector de trabajadores ni del pueblo. En el terreno político, sindical y popular no tiene ninguna vigencia. Ha perdido cualquier significación en las luchas populares, y al contrario esta izquierda es responsable directa de que los asalariados peruanos hayan retrocedido, hablando de conquistas sociales y salariales, a la década del 60. Sus traiciones y sus componendas con los gobierno de turno, ha hecho del movimiento sindical y popular, un amasijo desclasado, que sirve exclusivamente para el circo electoral, pero no para la defensa de los intereses y derechos de los trabajadores y el pueblo.

La descomposición ideológica política de esta llamada izquierda se puede ver con claridad en el desprecio que sienten los trabajadores y el pueblo peruano contra ellos. Por ejemplo, Hugo Blanco Galdos, parte de esa izquierda legal y que se presenta como revolucionario y dirigente campesino, ha sido candidato al parlamento andino en las últimas elecciones (abril 2006). Postuló en el Partido Socialista de Javier Diez Canezco, un dirigente que asume los postulados de la socialdemocracia europea. ¿Cuántos votos consiguió Hugo Blanco?. Según los cómputos oficiales alcanzo 49,330 votos, lo que significa un milésimo porcentaje (0.0001%) de los 6 millones de campesinos peruanos y de los 16 millones de electores en todo el país. Después de su fracaso electoral Hugo Blanco ha proclamado: “yo llamo a votar por el programa que Humala enarboló en el debate, lo que significa votar por él”. (Hugo Blanco).

Otro caso a mencionar es el de Juan José Gorritti, secretario general de la Confederación de Trabajadores del Perú (CGTP), quien postuló para el congreso en la lista de Patria Roja (Movimiento Nueva Izquierda) solo logró 4,450 votos. ¿Y dónde fueron los votos del millón de afiliados que tiene la CGTP como se dice?. Como se ve el fracaso electoral de Gorriti es el castigo y el desprecio de los asaltados peruanos contra dirigentes oportunistas y burocráticos que toman la organización sindical como trampolín para escalar posiciones en el aparato del Estado. El mismo caso es el de Manuel Cortés, otro dirigente de la CGTP y candidato electoral del socialdemócrata Partido Socialista. Este dirigente postuló al congreso y no llegó ni a los 2, 000 votos. Caso aparte es el de Rolando Breña Pantoja, otro “destacado” militante de Patria Roja, rojo rojísimo, solo logro la paupérrima cifra de 2,367 votos.

Pero el caso más significativo es el de Patria Roja, el más rojo de los partidos “marxista-leninista” del Perú participó en las últimas elecciones (primera vuelta electoral) con su propia lista y su propio candidato. Alberto Moreno, fue su candidato electoral. ¿Cuántos votos tuvo?. La miseria de 33,918 votos lo que significó el ridículo 0.232% de los votos emitidos que sumaron mas de 14 millones de electores. ¿Y dónde fueron a parar los 250 votos de los profesores peruanos que dice Patria Roja liderar y controlar a través Sutep?. Pero como para Patria Roja no hay “vencedores ni vencidos”, inmediatamente, así como lo hizo con García, Fujimori y Toledo, ha llamado a votar por Ollanta Humala. Un resumen de su comunicado dice así: “El Partido Comunista del Perú – Patria Roja, manteniendo en alto sus banderas democráticas, antiimperialistas y socialistas, preservando su independencia e iniciativa política, y apoyándose siempre en el pueblo organizado y luchador, sabrá también en esta oportunidad cumplir con su misión histórica esmerándose por hacer realidad la Nueva Republica… Partiendo de estas consideraciones, el XIV Comité Central decide respaldar la candidatura del Comandante Ollanta Humala, en la segunda vuelta electoral, y fortalecer las relaciones y el propósito unitario con todos los sectores de izquierda, nacionalistas y progresistas”. (Comité Central Partido Comunista del Perú-Patria Roja, Lima, mayo del 2006).

Otro caso que no se puede dejar de mencionar se refiere al Partido Comunista del Perú (PCP), nos referimos a esa organización política que durante más de 50 años vivió enganchada a la ex Unión Soviética. A la muerte de esta potencia este partido se quedó sin padrino ni mecenas, y quién diría otra cosa fue el inicio de su calvario político y de su desintegración como organización. Este partido, digamos para ser más precisos los restos que queda de él, participó en la elecciones de abril acompañando a Patria Roja en el conglomerado electoral Movimiento Nueva Izquierda (MNI). El candidato del PCP fue Rennan Raffo (parlamento andino) y solo obtuvo 24,816 votos, es decir casi nada si se compara los mas de 14 millones de electores peruanos. Pero este partido “comunista”, velasquista visceral en su tiempo, que voto en 1985 por el APRA, y el 90 por Fujimori, y el 2001 por Toledo, ha llamado a votar por Humala. “El Partido Comunista Peruano, hace “un llamamiento a los militantes y amigos del Partido, a los trabajadores, al Frente Amplio de Izquierda y demás organizaciones progresistas del campo popular a VOTAR EN SEGUNDA VUELTA POR EL CANDIDATO NACIONALISTA OLLANTA HUMALA, en firme y consecuente respaldo a los cambios por los que ha votado la mayoría del pueblo peruano”. (Comisión Política, Renan Raffo Muñoz secretario general, Lima, 15 de Mayo del 2006).

La lista es larga de nuestros “izquierdistas” devenidos en “humalistas”, y solamente queremos terminar esta nota señalando que la conducta sin principio y sin ningún tipo de moral política de estos personajes, configura la grave situación política que vive el Perú. No hay salida a corto plazo para las clases populares. El pueblo seguirá siendo masa miserable para los grupos de poder. La carencia de dirección política es evidente, y mientras no aparezca una organización capaz de dirigir las luchas populares, las graves condiciones de crisis de la sociedad seguirán en desarrollo. Y en ese marco de descomposición de la sociedad y del Estado, los procesos electorales como el que se avecina para el 4 de junio solo son instrumentos que utilizan los grupos de poder y el imperialismo para poner a tal o cual a sátrapa en el gobierno.

2 de junio 2006.

(*). Entre las obras de Don Jacinto Peláez, figura “La Palomas se fueron volando” en el narra la inocencia de las chicas de los pequeños pueblos de la costa peruana. La obra es picara y rebasa la falsa moral religiosa en torno al matrimonio y a las relaciones entre el hombre y mujer. Don Jacinto Peláez vivió casi toda su larga vida en Culebras, una minúscula caleta de pescadores en el litoral norte del Perú. Tenia cerca de de 100 años cuando escribió esta novela, y muchos decían en Culebras, que “Las palomas se fueron volando”, era las remembranzas de sus aventuras amorosas antes de recalar en este pequeño pueblo perdido que no aparece ni en los mapas de geografía del Perú.