Los mismos sinvergüenzas de
siempre, buena parte de ellos en la antesala de la prisión y otros esperando
ser llamados a rendir cuentas por presuntos delitos cometidos en el ejercicio
de su función.
Y si algo hay hay que destacar de
estos acólitos de los grupos de poder, es promover la censura de los ministros que
no se ajustan a sus intereses y por otro lado, trabajar la vacancia del
presidente Pedro Castillo.
Lo hemos dicho siempre y no nos cansaremos de repetirlo, el congreso de hoy es el mismo de siempre, en nada se diferencia de los que hubo. Es un antro de mentiras e encubrimientos poblada de serviles vasallos de los grupos económicos que financian candidaturas y que lo único que hacen es blindar delincuentes Cuello Blanco y corruptos además de utilizar su mayoría para protegerse de las denuncias que por actos delictivos vienen siendo investigados.
¿Qué autoridad moral puede tener por poner un
ejemplo Fuerza Popular para solicitar censuras si están acusados de ser
parásitos y de no servir de nada útil a la sociedad y que lo único que hacen es
delinquir y proteger la corrupción y malos manejos protagonizados en particular
por la agrupación política que lidera Keiko Fujimori acusada de corrupción,
lavado de activos y liderar una organización criminal?
¿Qué autoridad moral puede tener estos mal llamados
padres de la patria que se jubilan ilegalmente con el sueldo de parlamentario con
tan solo 5 años de desempeñarse como congresistas, mientras que en el Perú 6
millones de peruanos viven con 20 soles diarios y un millón doscientos mil
niños trabajan para subsistir?
Para acusar y censurar hay que tener autoridad
moral. Y no lo tienen quienes transitan en el desagüe llamado Congreso.