Dia
del niño ¿Cuál niño?
Los niños cuyo cuerpo son obligados a llevar una vida adulta:
Los que venden caramelos en un paradero de carros,
Los cargadores de frutas en los mercados,
Los que se levantan a las 3 de la mañana para ir a trabajar al campo,
Las que se quedan en casa cuidando a los hermanos, cocinando para ellos,
Los de zonas de extrema pobreza como Huancavelica, Huánuco y Puno.
Hoy domingo 15
de agosto se celebre el Dia del Niño en el Perú y la conclusión es que no hay nada que celebrar y nosotros los adultos debemos sentirnos
culpables por haberles fallado y continuamos y por habernos insensibilizado
ante su terrible realidad.
Los niños pobres que tienen su vivienda sobre pircas asentada en la
falda de los cerros sin los servicios elementales, ven el día del niño como un
día más sufrimiento de su penosa existencia, porque nacieron en la pobreza,
porque la pobreza transcurre en ellos día a día y noche a noche y porque la
pobreza los aplasta, los enferma, lo aniquila.
Mantener así a los niños pobres constituye uno de los mayores delitos
sociales, porque ellos son también hijos de este pedazo de tierra llamado Perú
y quienes lo administran, quienes se enriquecen ilícitamente con los fondos del
Estado, están obligados a darle vitalidad, a darle alegría, a cultivar en ellos
la justicia y la solidaridad.
Pero no ocurre. Sin embargo, los gobiernos de turno y las clases
pudientes, si celebran el día del niño con espectaculares Show; con festín de regalos,
exhibicionismo, vanidad, etc. Y cuando finaliza la risa, la música y los
cánticos, los niños pobres continúan vagando por las calles, arrastrando su
miseria, arrastrando su dolor con sus cuerpecitos débiles y sus miradas vagas.
El niño pobre continuara siendo la víctima inocente de un sociedad hipócrita
e insensible y cuando crezca recordará que no tuvo una satisfacción, que no
tuvo amparo, recordará la porquería que fueron sus autoridades, recordará que
los dejaron que continúen en su papel de recicladores, de vendedores de
caramelos a pesar de su solo 4 o 5 años de edad y 12 horas de jornada laboral. Y
con esos recuerdos y con razón, terminaran alineándose en el pandillaje,
delincuencia y drogadicción.
En este escenario por donde se desplaza el niño pobre no anidara en su
corazón y en su mente nada que la haga recordar una manifestación de amor, de
protección, de amparo. El niño pobre y marginado crecerá indiferente, porque la
sociedad, sus autoridades no les dio amor, les dio solamente egoísmo,
apariencia y falsedad. Al final, este niño crecerá vació de valores, de resentimiento.
El niño pobre mira como los hijos de los pudientes visten elegantes, con
muchos cuidados, concurriendo a colegios exclusivos. Mira cómo se alimentan de
manjares y están robustos y bien vestido, y compara su existencia de
privaciones y conforme va desarrollando reflexiona en la injusticia, en la
desigualdad. Entonces se preguntará ¿para qué mierda sirve el día del niño si
todo va a continuar igual?
Estas
complejas situaciones contribuyen a que los derechos de niños, niñas y
adolescentes sean fácil y corrientemente vulnerados, privándoles del derecho a
crecer en un ambiente sano y protegido, en el que pueda desarrollarse
plenamente.
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