jueves, 16 de septiembre de 2021

Ulises Villegas quiere ser alcalde de Comas: ¿creen que le importa el distrito?

 

Pero ¿Quién es Ulises Villegas? Fue regidor y teniente alcalde de Miguel Saldaña, postulo como candidato a la alcaldía por el Partido Patria Segura del fujimorista Renzo Reggiardo, hoy postula nuevamente a la alcaldía, pero en esta ocasión lo hace con el Partido Somos Perú.

No esta demás subrayar que durante su gestión como regidor y teniente alcalde, no ejerció su función legisladora y fiscalizadora de la gestión de Miguel Saldaña, por el contrario, utilizo el cargo para hacer proselitismo político a favor de su candidatura  ofreciendo trabajo en la mencionada municipalidad como lo señalo un programa de televisión.  

¿Podemos en verdad creer que a los candidatos les importa el distrito, la provincia, la región, o el país? Es obvio que no. Entonces, ¿por qué quieren ser alcalde, gobernador, o presidente? ¿Por amor al pueblo?

Es evidente que no hay puntada de aguja sin hilo. Si un candidato invierte es para obtener beneficios además de recuperar lo invertido. La pregunta ¿Cuánto recupera y en qué tiempo?

Es de suponer que si un candidato invierte es para obtener ganancias. ¿Es casi Imposible imaginar a un empresario candidateando o apoyando a un candidato para no lograr beneficios y a la vez recuperar su inversión?

¿Cuántos de los políticos que aspiran a ser alcalde estarían dispuestos a dar su vida por los ideales que dicen defender? ¿Cuántos de los que aspiran ser alcalde han hecho de la política un servicio?

¿Cuánto invierte un candidato para postular a un cargo público? ¿cuánto recupera y en qué tiempo?

¿Cuántos de los políticos que aspiran a ser autoridad estarían dispuestos a dar su vida por los ideales que dicen defender? ¿Cuántos han hecho de la política un servicio? Por el contrario, la actividad política se ha convertido hoy en un lucrativo negocio. Invertir en política se ha convertido en un excelente negocio.

Sin embargo, escribía un columnista, a pesar de este sombrío panorama, todavía sobreviven algunos raros ejemplares de esta especie en extinción: algunos abnegados políticos que buscan resolver los grandes problemas y que piensan con Hannah Arendt que "nadie puede ser feliz sin participar en la felicidad pública, nadie puede ser libre sin la experiencia de la libertad pública, y nadie, finalmente, puede ser feliz o libre sin implicarse y formar parte del poder político."

miércoles, 15 de septiembre de 2021

¿Qué hacer con el cadáver de Abimael Guzmán? Congreso se pregunta

 

Siempre hemos dicho y no nos cansaremos de repetir, el congreso es una cloaca donde la ética y la moral no existen, y lo más grave, la prensa se hace cómplice de propuestas ridículas descalabrante, como  ¿Qué hacer con el cadáver de Abimael Guzmán? porque manifiestan pone en grave riesgo la institucionalidad jurídica del país pese a que es el Congreso el que pone  en grave riesgo la estabilidad jurídica del país.

Se olvidaron de Bellido, Bermejo, del ministro de trabajo y de su proyecto de demolición  del gobierno del Presidente Pedro Castillo, con miras a su vacancia. 

Claro. Es evidente que semejante propuesta no resiste el más modesto análisis. Además, no esta  demás señalar que Abimael y su insania hace tiempo esta muerto y enterrado. Por ende no significa peligro alguno. Salvo que se pretenda ver fantasmas en donde no los hay.

No cabe ninguna duda, el Congreso esta una vez más demostrando que es solo un pequeño ejemplo de la lacra que gobierna este país, casi todos los políticos que manipulan el poder del Estado manifiestan conductas aberrantes, completamente ajenas y opuestas a los verdaderos fines por los cuales fueron elegidos como lo da a entender el pensamiento Gonzales Prada que adjuntamos por su profundidad reflexiva y que recomendamos leer.

LOS HONORABLES
Por: Manuel González Prada 

Al atravesar la plazuela de Bolívar (operación que rara vez efectuamos por miedo a los núcleos infecciosos) nos asalta el deseo de coger una brocha, saturarla de alquitrán y escribir en los muros de las dos Cámaras: AQUI SE NECESITA UN ARGUEDAS.

No logrando satisfacer el buen deseo, nos decimos interiormente: ¡Bienaventurados los tiempos en que la muchedumbre se arme de azotes y lance fuera de la ciudad a las dos hordas acantonadas en la plazuela de Bolívar!

¿Qué es un congreso peruano? La cloaca máxima de Tarquino, el gran colector donde vienen a reunirse los albañales de toda la República. Hombre entrado ahí, hombre perdido. Antes de mucho, adquiere los estigmas profesionales: de hombre social degenera en gorila politicante. Raros, rarísimos, permanecen sanos e incólumes; seres anacrónicos o inadaptables al medio, actúan en el vacío, y lejos de infundir estima y consideración, sirven de mofa a los histriones de la mayoría palaciega. Las gentes acabarán por reconocer que la techumbre de un parlamento viene demasiado baja para la estatura de un hombre honrado. Hasta el caballo de Calígula rabiaría de ser enrolado en semejante corporación.

¿Ven ustedes al pobre diablo de recién venido que se aboba con el sombrero de pelo, no cabe en la levita, se asusta con el teléfono, pregunta por los caballos del automóvil y se figura tomar champagne cuando bebe soda revuelta con jerez falsificado? Pues a los pocos meses de vida parlamentaria se afina tanto y adquiere tales agallas que divide un cabello en cuatro, pasa por el ojo de una aguja y desuella caimanes con las uñas. Ese pobre diablo (lo mismo que sus demás compañeros) realiza un imposible zoológico, se metamorfosea en algo como una sanguijuela que succionara por los dos extremos.

El congresante nacional no es un hombre sino un racimo humano. Poco satisfecho de conseguir para sí judicaturas, vocalías, plenipotencias, consulados, tesorerías fiscales, prefecturas, etc; demanda lo mismo, y acaso más, para su interminable séquito de parientes sanguíneos y consanguíneos, compadres, ahijados, amigos, correligionarios, convecinos, acreedores, etc. Verdadera calamidad de las oficinas públicas, señaladamente los ministerios, el honorable asedia, fatiga y encocora a todo el mundo, empezando con el ministro y acabando con el portero. Vence a garrapatas, ladillas, pulgas penetrantes, romadizo crónico y fiebres incurables. Si no pide la destitución de un subprefecto, exige el cambio de alguna institutriz, y si no demanda los medios de asegurar su reelección, mendiga el adelanto de dietas o el pago de una deuda imaginaria. Donde entra, saca algo. Hay que darle gusto: si de la mayoría, para conservarle; si de la minoría, para ganarle. Dádivas quebrantan peñas, y ¿cómo no ablandarán a senadores y diputados?

El representante ingenuo que se disculpaba por haber votado mal por insinuación u orden del Jefe Supremo, dio la nota justa, reveladora de la sicología parlamentaria: diputados y senadores se consideran ellos mismos como parte de la servidumbre palatina. Habiendo, pues, un Ejecutivo, no se necesita un Legislativo. Pudiendo entenderse con el señor, no se trata con los lacayos. Entonces ¿para qué los congresos? ¿Para qué las discusiones de pedantes y fraseólogos que al oírse hablar creen sentirse pensar? ¿Para qué las luchas encarnizadas entre minorías y mayorías? Lo que alguien dijo de los abogados cuadra mejor a los parlamentarios. Gobiernista y oposicionista figuran las dos hojas de una misma tijera: se embisten con furia, mas no se causan daño. Quien sale cortada es la Nación.

Y sin embargo, esas gentes se gratifican el honorable con un tupé inverosímil y una prodigalidad asombrosa. Honorabilidad de honorables, tan evidente como la blancura del tordo, la ligereza de la tortuga, el buen olor del añás.

“Señor honorable, tiene usted el uso de la palabra”, dice un trujimán de presidente congresil, dirigiéndose al recomendable sujeto que hizo dar o dio un esquinazo, medró con los deslices de una mujer o supo en una tesorería cargar con el santo y la limosna. Uno se pregunta ¿esos individuos hablan seriamente o se burlan de nosotros?

Billinghurst fue derrocado ignominiosamente por haber concebido el propósito de celebrar un plebiscito para decidir si convenía la renovación total del Congreso. Sin duda le infundieron náuseas los mismos hombres que trasgrediendo las leyes y cediendo cobardemente a la imposición de las turbas, le habían nombrado Jefe Supremo. ¿Se le tachará de ingrato? Hay servicios que no engendran agadecimiento ni crean amistad: a ciertos servidores se les tira la moneda, no se les tiende la mano. Al presenciar la degradación de unas Cámaras donde los hombre mienten como gitanos y se venden como chinos, el verlas saltar de oposicionistas a gobiernistas y caer de rodillas ante un coronelillo de similor para conferirle el generalato en recompensa de haberlas traicionado, pisoteado y abaleado ¿quién no lamenta la caída prematura de Billinghurst? Sus mismos derrocadores se hallan arrepentidos y con gusta desharían su obra: palpan que al hacer la revolución se pusieron contra el desinfectante y a favor de los microbios. El hombre que hoy se levantara en armas, invadiera Lima y barriera con Legislativo, Ejecutivo y Judicial, merecería una estatua de oro.

Porque en todas las instituciones nacionales y en todos los ramos de la adminsitración pública sucede lo mismo que en el Parlamento: los reverendísimos, los excelentísimos, los ilustrísimos y los useseñorías valen tanto como los honorables. Aquí ninguno vive su vida verdadera, que todos hacen su papel en la gran farsa. El sabio no es tal sabio; el rico, tal rico; el héroe, tal héroe; el católico, tal católico; ni el librepensador, tal librepensador. Quizá los hombres no son tales hombres ni las mujeres son tales mujeres. Sin embargo, no faltan personas graves que toman a lo serio las cosas. ¡Tomar a lo serio cosas del Perú!

Esto no es república sino mojiganga.

martes, 14 de septiembre de 2021

Quieren ser alcalde de Carabayllo, pero......no saben si serán candidato

 

No es temporada de circo, pero igual, el circo llego a Carabayllo, pero acompañado de tránsfugas, saltapericos, además de equilibristas, bailarines, trapecistas, y muchas especies.

Es cierto. El ambiente electorero esta frio, pero igual, los probables candidatos están ahí moviendo sus fichas y visitando diferentes sectores llevando ilusiones y regalando víveres aun cuando no saben si serán candidatos, acompañado del celular para luego publicarlas en las redes para demostrar que son buenos-

Dicen que quieren sacrificarse y entregarse al logro del bienestar de su pueblo. Nada más falso, pues no hay detrás de toda esta verborragia, el más mínimo interés de lograr el bien común pues para ellos, el ser alcalde es un negocio mas rentable que la coca.

 “Hoy día, la actividad política se ha convertido, para la mayoría de personas que incursionan en este campo, en un mero asunto de negocios. Irrumpen o persisten en la política con el deliberado propósito de obtener un empleo, de conseguir ingresos que no alcanzarían en su actividad cotidiana o, crecientemente, de robar todo lo que pueden. ……No existen adhesiones a ideas, programas o propuestas de gobierno, sino el más descarado oportunismo” (Fernando Rospigliosi)

Carabayllo se merece un buen alcalde. No un alcalde que sale elegido por un partido para terminar sometiéndose a los intereses de los propietarios del partido y a quienes financiaron su candidatura a la alcaldía. Menos, un candidato que como regidor dejo de ejercer su función fiscalizadora como lo señala la ley.

Carabayllo se merece un alcalde con ideas claras, proyectos sostenidos y sustentables y que cuente con un buen equipo de trabajo y no con regidores y funcionarios reciclado de la letrina.

Quien quiera gobernar debe tener una sólida preparación con ideas claras sobre lo que quiere Carabayllo. Sin embargo, para desgracia de Carabayllo, la mayoría de los que postulan no son lo que Carabayllo se merece.

Lo que ocurre es que la mayoría por no decir todos, están obsesionados por ser alcalde de Carabayllo pese a no saber si serán o no el candidato como probablemente ocurriría con el partido Somos Perú que cuenta con dos candidatos: Pablo Mendoza y Lucy Rebolledo que postulo con el partido Alianza para el Progreso y ahora lo hace con el Partido Somos Perú. Al final, solo uno será el elegido candidato del Partido Somos Perú. Mientras tanto, esperar, esperar y empezar a pintar muros y paredes.

lunes, 13 de septiembre de 2021

EL PERU NO VOTO POR EL COMUNISMO VOTO POR PEDRO CASTILLO

 

Pedro Castillo es un profesor rural, dirigente sindical, luchador social y político peruano convertido en la esperanza de un país por siglos marginado, con 200 años de independencia en teoría y, con un modelo que no es económico, sino un modelo de saqueo de nuestras riquezas sustentado en el monopolio de la producción por los grupos de poder nacional e internacional, dejando al Estado la responsabilidad de la educación y la salud.

Los peruanos no votaron por el comunismo, votaron por el Prof. Pedro Castillo porque significaba la esperanza del ingreso de nuestro país a una etapa de definiciones que cambiaría la vida de los peruanos.

Los peruanos no votaron por el comunismo, votaron para que los ingresos que se logran a través de nuestros recursos sirva para cambiar la vida  a la mayoría de peruanos. Y eso depende que se deje de gobernar para los intereses de unos pocos que financian campañas millonarias como las de Keiko

Los peruanos no votaron por el comunismo, votaron por la esperanza de ver la multiplicación de sus ingresos, la urgencia de resolver los problemas de salud, educación, agua, vivienda, etc.

Los peruanos no votaron por el comunismo, votaron por el cambio poque el país en el que habitamos y cumplimos nuestras actividades más importantes, vive su hora más dramática. Nunca antes los problemas han sido tan graves y la incapacidad y la voluntad para resolverlos tan evidente.

Claro.    Es cierto. La responsabilidad de las crisis que enfrentamos, obedece a la convergencia de la incapacidad de las autoridades de los últimos años, agravado por el gobierno de Fujimori que obsesionado por perennizarse en el pode, no dudo en agredir nuestra economía con decretos y acciones que terminaron asfixiándonos financieramente con la dación de una constitución a medida de los grupos de poder económico nacional e internacional.

Es cierto. Somos conscientes y claros, que no habrá cambio alguno si no se logran restablecer los equilibrios necesarios para alcanzar no solo el crecimiento económico, también el desarrollo económico que signifique el mejoramiento de las condiciones de vida de nuestro pueblo.

En consecuencia, el reto de construir ciudades equitativas, apacibles, con capacidad de respuesta a las nuevas demandas y espacios de convivencia democrática y tolerancia, es una condición de modernidad que aspiramos y para la cual se ha comprometido el presidente Pedro Castillo

Los peruanos que asistimos al naufragio de nuestro país no podemos permanecer impasibles. Debemos defender nuestro hábitat del deterioro que lo amenaza.

Por ello. Es nuestro sueño, nuestra esperanza, nuestra ilusión   un Estado que no esté al servicio de los grupos económicos, un Estado que busque el crecimiento económico y que este crecimiento se convierte en desarrollo económico que mejores las condiciones de nuestro pueblo, un Estado que no renuncie a su soberanía sobre nuestros recursos económicos y finalmente, un Estado que no luche contra los pobres sino contra la pobreza.

domingo, 12 de septiembre de 2021

Se busca candidato a alcalde (I): no importa que robe pero que haga obras

 

El año que viene, los peruanos acudirán a depositar su voto y como siempre terminaran votando por su enemigo con la estúpida monserga, “roba, pero hace obras” Y eso a muchos le ha ocasionado sorpresa.

Comprobarlo no es difícil, basta con revisar las páginas policiales, más del 90% de alcaldes y gobernadores regionales vienen siendo investigados por ser protagonistas de actos delictivos y un significativo número de autoridades presos.

Escribía Rospigliosi: “El 'éxito’ de la banda capitaneada por Alberto Fujimori y por Vladimiro Montesinos alentó a muchos a seguir su ejemplo en todos los niveles” . Se meten en política con el único propósito de enriquecerse ilegalmente. Llegan con una mano adelante y otra atrás y terminan en “respetables señores” dueños de propiedades en los barrios residenciales y con mucho dinero depositado en los paraísos fiscales de Panamá.

"Irrumpen o persisten en la política con el deliberado propósito de obtener un empleo, de conseguir ingresos que no alcanzarían en su actividad cotidiana o, crecientemente, de robar todo lo que pueden".(Rospigliosi).

Sino preguntemos a los candidatos ¿por qué invierten millonadas en campañas de proselitismo político? ¿Por amor al pueblo? Es obvio que no. No es amor al chancho sino a los chicharrones.

En este marco y contexto, Lima y sus distritos tienen toda la de perder con candidatos como los que pretenden convertirse en alcaldes. Todos, salvo alguna excepción, provienen del inmundo relleno sanitario y en el caso que cualquiera de estos sinvergüenzas gane, solo servirá para continuar la política de corrupción.

Lo correcto sería no votar o votar viciado y mandar al diablo a todos estos profetas que  se presentan como alternativa a la corrupción, al hambre, la pobreza, la desocupación y otros males sociales.

Por ello, la única alternativa para el pueblo seria forjar su propio camino, y luchar por un cambio de calidad de la realidad. No hay otra alternativa.

sábado, 11 de septiembre de 2021

Congreso aprobó conformar comisión para investigar elecciones 2021 ¿como lo hicieron?

 

El congreso una vez más se burló de los peruanos, impuso su voluntad camino a la captura del poder. 

¿Qué hacer con la ultraderecha y el fujimontesisnismo enquistados en el Congreso que cuenta con mayoría  y maneja el parlamento como si fuera su chacra?

Si viviera González Prada estamos seguros que reafirmaría su concepto sobre el Perú: "Dónde se pone el dedo, salta la pus".

¿Ahora que viene? Poner en práctica su Plan vacancia del presidente además de traerse abajo las investigaciones por corrupción y lavado de dinero y con ello evitar el encarcelamiento de políticos y funcionarios comprometidos en actos de corrupción y lavado de activos?. Y para lograrlo, nombraron una Comision que investigara el proceso electoral 2021. A lo que se dedica el Congreso.

La representante de Juntos por el Perú, Ruth Luque Ibarra, afirmó que mediante esta moción “se intenta hacer una maniobra destabilizadora. No hay nada que investigar, organismos internacionales, la Unión Europea y la OEA constataron que las elecciones fueron un modelo de democracia, no tienen ningún sustento; les interesa sumar a la desestabilización. Este proceso ha concluido. No debemos seguir en el revanchismo. Hay que asimilar la derrota”, aseveró.

A continuación adjuntamos crónica publicada por el Congreso de la republica:

Propondrán modificaciones a legislación electoral

Congreso investigará proceso electoral 2021

Centro de Noticias del Congreso

Con 46 votos a favor, 50 en contra y 22 abstenciones, el Pleno del Congreso aprobó la Moción de Orden del Día N.° 28, mediante la cual se acordó constituir una comisión investigadora del proceso de las Elecciones Generales de 2021, que se encargará de investigar “los presuntos actos de corrupción y cualquier otro tipo de delitos que involucren a funcionarios o servidores públicos; así como a cualquier persona natural que resulte responsable de haber atentado contra el orden electoral y la voluntad popular”.

El legislador José Ernesto Cueto Aservi, representante de la bancada Renovación Popular, sostuvo que esta comisión es “una acción de control político que pretende finalmente proponer modificaciones a la legislación electoral destinada a determinar los vacíos legales y el posible aprovechamiento de estos que habrían sido usados para cometer las presuntas irregularidades planteadas en el artículo primero de la moción”.

De acuerdo al artículo 88 del Reglamento del Congreso de la República, se puede iniciar investigaciones sobre cualquier asunto de interés público, promoviendo un procedimiento de investigación que garantice el esclarecimiento de los hechos y la formulación de conclusiones y recomendaciones orientadas a orientadas a corregir normas y políticas y/o sancionar la conducta de quienes resulten responsables. Para su aprobación solo se requiere el voto aprobatorio del 35 % de los miembros del Congreso.

La moción afirma que “durante el proceso de Elecciones Generales de 2021, tanto en la primera vuelta celebrada el 11 de abril como en la segunda del 6 de junio, se suscitaron una serie de hechos que han puesto en tela de juicio la transparencia e integridad del proceso electoral, viéndose ensombrecido de dudas por la existencia de presuntos actos de corrupción”.

Continúa la moción: “Luego de finalizada la primera vuelta electoral en la que postularon para alcanzar la Presidencia de la República un total de 18 candidatos, representantes de los partidos políticos de Renovación Popular y Victoria Nacional advirtieron públicamente haber sido víctimas de un presunto robo de votos, falsificación de actas, entre otros; habiendo incluso acudido a las autoridades electorales competentes para exigir la revisión completa de todas las actas de la primera vuelta de las elecciones generales del 2021, pedido que fue desestimado por los órganos del sistema electoral”.

Señala también que “luego de la segunda vuelta, finalizada la votación y emitidos los resultados del conteo rápido emitidos por la Onpe, las cifras fueron colocando a ambos candidatos en una contienda ajustada voto a voto. Que, el Partido Fuerza Popular denunció la existencia de presuntas irregularidades en el proceso electoral, presentadas en muchas mesas de votación, lo que habría beneficiado al partido Perú Libre”.

La misma moción hace referencia a “presunta falsificación de firmas en las actas y que pese a haberse solicitado la exhibición de actas y del padrón de votación, esto no ha sido considerado por las autoridades electorales. También, que habiéndose solicitado una auditoría externa de la Organización de Estados Americanos (OEA), el pedido no fue escuchado”.

“Ante los hechos descritos, resulta necesario desarrollar un proceso de investigación del actuar de los organismos electorales, teniendo en consideración que este proceso se ha visto plagado de una serie de cuestionamientos, incluso respecto del actuar de los representantes de la misión de veedores internacionales; lo que deslegitimaría los resultados y la proclamación del presidente de la República para el período 2021-2026”, señala el documento.

Por su parte, Alex Flores Ramírez (Perú Libre) recordó que “ya no vivimos en la nefasta época de la dictadura cuando el Gobierno tenía intervenida a las instituciones del Estado. Las elecciones han sido legítimas, veedores internacionales lo han verificado, no hay razón ni fundamento para dudar ni deslegitimar las elecciones. Las elecciones han sido libres, transparentes y democráticas”, puntualizó.

Para su colega de bancada, Jaime Quito Sarmiento, la moción “es sólo parte de una estrategia política para desconocer la voluntad popular, no se quiere respetar la democracia. No hay malicia ni fraude, la moción se fundamenta en resultados de encuestadoras que siempre engañaron en los resultados. ¿Por qué no dicen claramente que no les gusta este Gobierno, por qué no dicen que quieren continuar en piloto automático? Quieren convertir al Congreso en una caja de resonancia del golpismo, aquí no lo vamos a permitir”, afirmó.

A su turno, la legisladora Norma Yarrow (Avanza País) se refirió al alza de precios y a la falta de estabilidad en el país como consecuencia de “las dudas generadas en las elecciones” y fustigó que el presidente Castillo dejara esperando al representante del Banco Central de Reserva mientras “sí, recibió a un amigo”, y aseguró que “hay gente que está marchando en las calles con una bandera peruana, porque hubo un voto inducido con mentiras”.

La representante de Juntos por el Perú, Ruth Luque Ibarra, afirmó que mediante esta moción “se intenta hacer una maniobra destabilizadora. No hay nada que investigar, organismos internacionales, la Unión Europea y la OEA constataron que las elecciones fueron un modelo de democracia, no tienen ningún sustento; les interesa sumar a la desestabilización. Este proceso ha concluido. No debemos seguir en el revanchismo. Hay que asimilar la derrota”, aseveró.

OFICINA DE COMUNICACIONE

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“No se presentó ni una sola prueba de fraude ”PIERO CORVETTO, JEFE DE LA ONPE

 Publicado hace 21 horas el 11 de septiembre de 2021 Por Diario UNO

El jefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), Piero Corvetto, afirmó que durante las pasadas elecciones generales de primera y segunda vuelta no se presentaron argumentos sólidos o pruebas de un presunto fraude electoral, sino, por el contrario, hubo una labor transparente de los organismos electorales en los comicios.

Indicó que la ONPE puso los resultados de manera oportuna y donde se puede constatar con las actas e indicó que nadie, hasta el momento, ha dicho que las firmas de los miembros de mesa son falsas.

“Los que creen en el fraude lo hacen en un acto de fe, lo que escucho a los voceros del fraude es algo que no tiene sentido, porque cuando uno quiere demostrar algo debe tener pruebas, aquí no ocurre eso, es una cuestión de fe. (…) No hay ningún argumento, ninguna prueba, solo rumores”, dijo en Exitosa.

En ese sentido, explicó que durante el proceso electoral pasado se registraron un total de 217 noticias falsas, muchas de las cuales fueron elaboradas por medio de información antigua y sacándola de contexto, creando incluso videos donde se cruzaba información de la primera con la segunda vuelta.

viernes, 10 de septiembre de 2021

EL GOLPE CONTRA SALVADOR ALLENDE Y EL DESPLOME DE LAS TORRES GEMELAS QUE FUE UNA MENTIRA


 El 13 de setiembre del 2015 publique dos crónicas que ocurrieron y que las republico porque me permitieron entender de como los grupos de poder económica no dudan en recurrir a extremos para imponer sus intereses. No lo niego, lo ocurrido fortaleció aún más mi rebeldía expresada en más de un combate en busca de un mundo más justo.  ¿cómo no pensar en tantos que nacen en una gran pobreza?  

DOS HECHOS QUE NUNCA OLVIDARE Y QUE N DEBERIAN REPETIRSE

Setiembre es el mes en la que acostumbro reflexionar sobre dos hechos que han marcado profundamente mi existencia:

1.          El golpe de estado  y asesinato  de Salvador Allende Presidente Chileno por parte de las Fuerzas Armadas ocurrido hace 48 años. “Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición” fue su último mensaje antes  de morir

2.          El desplome  de las torres gemelas  que Hoy se cumplen 22 años desde que las Torres Gemelas del World Trade Center, en New York, Estados Unidos, se desplomaran luego de ser impactadas por dos aviones supuestamente secuestrados por el grupo terrorista Al Qaeda. ¿Que sabemos realmente de lo que ocurrió aquel día? Sobre el tema se han tejido más de un comentario y hay muchas dudas.

Unos opinan que el derrumbe de las torres fue provocado por el gobierno norteamericano con el objetivo de utilizarlo para invadir Irak. Otros dijeron que fue provocado por el grupo terrorista Al Qaeda del cual el imperio quería deshacerse.

La conclusión es que ningún avión se estrelló contra las torres gemelas. Entonces, ¿Quién lo hizo? ¿Por qué ocultan la verdad? ¿Fue un pretexto para invadir Irak?     

Una reconstrucción de los hechos ocurridos hace 42 años, en la víspera del golpe de Estado contra el presidente chileno por parte de las Fuerzas Armadas.

Por: Erick Camargo Duncan / Especial para El Espectador

 La conmemoración de los 40 años del golpe contra Salvador Allende ha motivado diversas marchas en Santiago de Chile. /EFE

Es 10 de septiembre de 1973. Las maniobras golpistas han empezado en la noche, cuando los buques de guerra de la armada sitian y se toman Valparaíso. Es la época propicia, pues es precisamente septiembre el mes en el que se adelantan maniobras conjuntas de unidades americanas y chilenas, en el marco de la Operación Unitas, en el pacífico. A esa hora el médico y masón, amante de la vida, de las flores y del arte, Salvador Allende, se halla en su casa ultimando detalles para la convocatoria a plebiscito que anunciará al día siguiente, once de septiembre.

Ha pasado la tarde del diez analizando los posibles escenarios para salir de la crisis que afronta el país, provocada por el sector más reaccionario de la derecha chilena y el gobierno estadounidense de Richard Nixon. Su esposa, Hortensia Bussi, “la Tencha”, lo recordaría ese día como el más tenso de su vida. Ella había llegado procedente de México en representación del gobierno chileno, que mandaba a través suya ayuda humanitaria y la solidaridad del buen corazón del presidente para mitigar los daños del cataclismo que casi acaba con el país azteca. Lo recordaría para siempre, inflamado de tensión mientras se probaba las chaquetas de primavera que le había encargado, y que le quedaron bien, cuando dijo: “a ver si estos me dejan usarlas”; a lo que ella replicó “¿tan mal están las cosas, Salvador?”. Aquella noche de septiembre, en la casa presidencial de Tomás Moro, Salvador Allende cena con la Tencha, su hija Isabel, y unos fieles amigos históricos entre los que se encuentran Orlando Letelier, su ministro de defensa, y Augusto Olivares, su amigo periodista y cercano consejero. Ambos morirán después bajo la omnipresencia fatal de la conspiración.

También está Joan Garcés, el politólogo español que lo acompañará esa noche hasta tarde junto a Augusto Olivares y que se convertirá, quizá, en el mayor enemigo declarado de Pinochet en el panorama internacional, que muchos años después logrará que el juez español Baltasar Garzón compulse copia de detención contra el dictador. El turbio y lúgubre silencio de aquella cena se romperá cuando Salvador Allende dé un golpe en la mesa, y diga: “voy a llamar a plebiscito. Va a ser el pueblo el que decida si debo irme o no”.

Era un hombre perseverante y de buen humor, tres veces había sido candidato presidencial y en todas terminó derrotado, hasta que logró su objetivo en el cuarto intento. Su gobierno había empezado con buena salud, y las cifras al cabo del primer año de gestión eran contundentes. Mediante reforma agraria se habían reincorporado a la propiedad social 2.400.000 hectáreas de tierras activas. Se habían nacionalizado cuarenta y siete empresas industriales y la mayor parte del sistema de créditos, la unidad popular también había recuperado para la nación todos los yacimientos de cobre explotados por las filiales de las compañías norteamericanas, de un tajo y con un solo acto legal que no contempló indemnización alguna, pues el gobierno calculó la excesiva ganancia de ochenta mil millones de dólares que habían hecho las empresas en quince años. También se había logrado detener la inflación y aumentar los salarios en un cuarenta por ciento.

Pero la conspiración que el gobierno de Allende llevaba a cuestas no tenía parangón alguno, es quizá el golpe de Estado más sostenido en el tiempo que jamás se haya visto, pues no comenzó aquella noche del diez en que los buques de la marina se tomaron Valparaíso sino tres años antes cuando el pentágono solicitó a la carrera doscientas visas para que en el país austral aterrizara un orfeón naval que nunca existió, y que en realidad era un grupo de mercenarios sin corazón que llegaría dispuesto a evitar la posesión del primer candidato socialista elegido por votos en el mundo. El boicot se cayó por su peso cuando el gobierno descubrió el plan y negó las visas. El cuatro de septiembre Salvador Allende se posesionó como presidente de la república y días antes ya habían visto a Richard Nixon, presidente de Estados Unidos, maldecir en privado y golpearse la palma de una mano con el puño de la otra mientras decía “ese hijo de perra”.

El boicot arreció en fuerza y entonces la CIA, alentada por el secretario de Estado y mano derecha de Nixon, Henry Kissinger, contactó a un par de generales adeptos a una escalada armada y fraguaron el asesinato del comandante en jefe de las fuerzas militares, un hombre constitucionalista y fiel a los designios de la democracia llamado René Shneider, que murió en el hospital después de recibir tres balazos por parte de unos sujetos que lo interceptaron cuando se dirigía a su oficina.

La idea no era otra que culpar al recién electo presidente y a su partido, la Unidad Popular (UP), de querer hacer una purga sangrienta en las más altas esferas militares para imponer mandos de ideología castrista, y así legitimar el golpe prematuro. El plan no funcionó y los altos militares inmiscuidos en el asesinato del general fueron retirados. Tumbar a un presidente electo por vía democrática no iba a ser fácil y Nixon entendió que de hacerlo, Estados Unidos sería repudiado a escala global; fue entonces que decidieron redactar un documento oscuro que pasó a los anaqueles de la historia bajo el título de “Memorándum 93”, firmado con la rúbrica de Kissinger y distribuido a la CIA, al Departamento de Estado, al de Defensa y a Usaid, que contenía una serie de medidas económicas destinadas a “hacer chillar la economía chilena”, como Nixon había dicho en privado; entonces se recortaron los préstamos de los bancos multilaterales a Chile, se terminó el financiamiento a las exportaciones americanas, se hizo lobby hasta garantizar un mínimo de actividad económica por parte de los inversionistas y se cortaron los programas bilaterales de ayuda económica.

No bastando con esto, el gobierno de Estados Unidos engatilló a la economía chilena mediante una serie de acciones que depreciaron el valor del cobre en el mercado internacional, el principal recurso natural de Chile. La situación se agudizó porque gran parte de las operaciones comerciales dependían de los créditos para financiar la adquisición de maquinaria y repuestos de gran parte de la industria chilena, estructurada en un ochenta por ciento a base de productos importados, incluyendo el trasporte, de ahí que uno de los sucesos claves desencadenantes del golpe fuera la huelga de camioneros, que de manera literal paralizó al país. Una semana antes del golpe no era posible siquiera conseguir pan o leche en las tiendas de barrio y almacenes.

Con los años se sabría que un flujo negro de dólares patrocinó el paro de trasportadores, que los dueños de los camiones terminaron por darles a los huelguistas una suma de 2.800 dólares con tal de que se sumaran al levantamiento, y que esos dólares habían sido consignados por agentes de la CIA. Esa fue la economía enardecida y saboteada que tuvo que enfrentar Salvador Allende, con el agravamiento de una deuda externa creciente contraída en el gobierno anterior que él se empeñaba en renegociar y que nunca logró hacerlo debido a que Nixon aisló a los organismos de crédito de Chile, ejerció presión sobre las naciones europeas dispuestas a otorgarle crédito, y al final negó de manera rotunda el escenario de la renegociación de la deuda chilena. La historia develaría también que desde el primer mes del año del golpe, un grupo de economistas fratricidas que se darían a conocer como los Chicago Boys se encargó de redactar un plan económico que se conocería como el ladrillo, y que consistía en una serie de medidas económicas que se implementarían tras, literalmente, asestarle el ladrillazo del golpe al gobierno de la UP.

La última noche de su vida Salvador Allende durmió mal y poco. A las 6:30 de su mal día recibirá la noticia de los buques acuartelados y de las tropas que empiezan a movilizarse hacia la capital, y mandará cerrar la vía que conduce de Valparaíso a Santiago. Una hora después llegará a La Moneda para ponerse al tanto de la magnitud de la conspiración. La plaza contigua al palacio presidencial estará ocupada por tanques de la policía militar, que a esa hora parecerán custodiar la seguridad del presidente, pero que una hora más tarde darán media vuelta para ensanchar la lista de fuerzas unidas al golpe. Como no es su costumbre, entrará por la puerta principal a la Moneda y mientras suba las escaleras rumbo a su despacho se encontrará a su secretaria, y sonriente le dirá: “¿qué hace aquí tan temprano?, hoy no va a ser como el 29 de junio, hoy será un día especial”.

El optimismo matinal que llevaba ese once de septiembre se fundamentaba más en el precedente del golpe sofocado con éxito hacía unos meses y en el buen horizonte que se dibujaba a raíz de la convocatoria a plebiscito que en el conocimiento real de la magnitud del movimiento que enfrentaba esa mañana. Algunos de los que lo acompañaron esa día recordarían después que mientras tanteaba el potencial de la fuerza insurrecta, se le oyó decir “Pobre Pinochet, a esta hora deben haberlo secuestrado ya”. Augusto Pinochet había sido el último en unirse a la conspiración después de ser convencido por los argumentos del general del aire, Gustavo Leigh, que lo visitó en su casa mientras celebraba el cumpleaños de su hija. Vestidos de ropa deportiva y hablando con la frialdad con que se discute cualquier tema de orden cotidiano en el patio de la casa, el comandante en jefe del ejército le dio el visto bueno a la encerrona planeada para el once.

El desequilibrio restante al interior de las fuerzas armadas se daría cuarenta y ocho horas antes cuando los generales adeptos a Salvador Allende fueran expropiados de su jerarquía, sin saberlo. Pinochet había sido ascendido a comandante en jefe del ejército después de que el general Carlos Prats renunció ante las presiones de los demás generales, que habían llegado al límite de haber enviado a sus esposas, sumadas a las de otros trescientos oficiales, a la puerta de la casa del general para mostrar su indignación y descontento con la gestión que llevaba. El día del golpe Salvador Allende trataría de localizarlo sin éxito en el rincón más recóndito del país, pues Prats había demostrado ser un hombre leal, un general constitucionalista que lo había respaldado meses atrás enviando tropa para enfrentar a un general acuartelado de las fuerzas aéreas que se negó hasta el último día a dejar el cargo después de comprobarse que era parte de un circulo de conspiración.

Tres días antes Prats había avisado a Salvador Allende sobre la inminencia de un golpe y lo habría convidado a realizar una reunión de emergencia con Pinochet para ponerlo al tanto de la situación, reunión que se dio al día siguiente en la casa presidencial de Tomás Moro, en la que el general turbio le ratificó a Allende los votos de lealtad. Lo que no sabía Allende la fatídica mañana del once mientras trataba de localizar por todo Chile al hombre que días atrás le había advertido la inminencia del golpe, su amigo y cercano colaborador Carlos Prats, es que era poca la ayuda que en ese momento podía darle el leal general, pues ya figuraba en el radar de los conspiradores y moriría dentro de un año como consecuencia de una bomba que viajaba escondida en su auto de exiliado, en Argentina.

Una hora después de haber llegado a la moneda, Allende se enterará de que la totalidad de las fuerzas armadas están en su contra y Pinochet hace parte de la conspiración. A su lado se hallarán el director y subdirector de la Policía Militar, dos generales fieles y acorralados que para ese momento ya no tendrán poder alguno, y habrán sido removidos de sus fueros por los golpistas. Al almirante Montero, comandante en jefe de la Armada, lo aislarán desde temprano en su casa: su carro no servirá aquella mañana, la casa será rodeada por soldados y los candados de la entrada serán cambiados. Allende nunca se enterará.

En ese momento ya se habrá preparado para lo peor. Los golpistas le ofrecerán con reiteración un avión para sacarlo del país junto a su familia, y el mismo Pinochet pasará al teléfono: “yo no trato con traidores, y usted, general Pinochet, es un traidor”, le dirá el presidente antes de colgar con determinación. La insistencia aumentará, y el hombre que se había tomado el poder en la Armada y había aislado al almirante Montero, el almirante Toribio Merino, pasará al teléfono y la dignidad de Allende volverá a hacer presencia: “rendirse es para los cobardes y yo no soy cobarde. Los verdaderos cobardes son ustedes que conspiran como los maleantes en la sombra de la noche”, le dirá.

Lo único que en ese instante turbará su serenidad de metal será la presencia de las mujeres en La Moneda, ocho en total, incluyendo a sus dos hijas Isabel y Beatriz, que llegarán en un espacio de tregua del tiroteo incesante para apoyar a su padre, Isabel con su presencia y Beatriz con sus ocho meses de embarazo y un revolver que llevará escondido en la mochila. Ambas dejarán La Moneda cuando Salvador Allende tome la decisión inobjetable de sacar a todas las mujeres. Tomará el teléfono y llamará a uno de los generales sublevados: “aunque es usted un traidor, espero que no sea también un asesino de mujeres”, le dirá. Así logrará sacar a las mujeres de La Moneda sin un rasguño pero con el corazón compungido al despedirse de sus hijas. Un extraño mecanismo de defensa le borrará de la mente a Isabel las minucias de aquella mañana, a excepción del momento de la despedida y el nudo en la garganta que le producirá abrazar a su padre por última vez, y Beatriz, atribulada con el paso del tiempo por no haberse quedado atrincherada a su lado, terminará suicidándose al cabo de cuatro años, un once de octubre, en la Habana.

Después de esto empezará el tiroteo sin tregua entre una fuerza descomunal y un presidente aferrado a su legitimidad, acompañado por un exiguo grupo de amigos personales que combatirán a su lado hasta el final, armados de revólveres, fusiles y algunas bazucas, algunos llamarán a sus casas a despedirse por última vez. Después de esto, Salvador Allende intentará una tregua en la que aceptaría dejar el cargo a cambio de que se armara un gobierno transicional, sin él, que respetara las conquistas conseguidas hasta entonces, y se escuchará la respuesta de Pinochet filtrada en la radio: “de ningún modo amigo, muerto el perro se acaba la rabia”. Después de esto, los tanques de guerra bombardearán La Moneda y los Hawker-Hunter estallarán sus misiles contra las paredes del recinto presidencial, que comenzará a sucumbir bajo el fragor de las llamas. Augusto Olivares se suicidará tras horas de combate al darse cuenta de que la causa se ha perdido y el presidente pedirá un minuto de silencio en su honor en medio de la arremetida.

Allende se rendirá, todos los que luchan a su lado conocerán su dimensión histórica cuando les estreche la mano uno a uno y les agradezca con la serenidad de sus mejores días. Después de esto, el presidente legítimo de un país morirá en su oficina, solo y sembrando una eterna duda sobre su destino final. Morirá empuñando un fusil que será el primero y último que utilice jamás en sus sesenta y cuatro años de vida. Algunos, como Fidel Castro y García Márquez dirán que murió de pie, combatiendo, solo, cuando evacuaron La Moneda y entraron a capturarlo. Su familia afirmará que se habrá suicidado, propinando un golpe moral, intemporal, para quienes lo golpearon.

Después de esto la dignidad cambiará de nombre para siempre: se llamará Salvador Allende. Esto ocurrirá el once, ahora es diez y las maniobras golpistas han empezado en la noche. El médico y masón, amante de la vida, de las flores y del arte, Salvador Allende, se halla en su casa ultimando detalles para la convocatoria a plebiscito.

EL DESPLOME DE LAS TORRES GEMELAS UNA MENTIRA

ASI LO DA ENTENDER  VIDEO QUE ADJUNTAMOS

Hoy se cumplen 16 años desde que las Torres Gemelas del World Trade Center, en New York, Estados Unidos, se desplomaran luego de ser impactadas por dos aviones supuestamente secuestrados por el grupo terrorista Al Qaeda.

¿Que sabemos realmente de lo que ocurrió aquel día? Sobre el tema se han tejido más de un comentario y hay muchas dudas.

Unos opinan que el derrumbe de las torres fue provocado por el gobierno norteamericano con el objetivo de utilizarlo para invadir Irak. Otros dijeron que fue provocado por el grupo terrorista Al Qaeda del cual el imperio quería deshacerse.

La conclusión es que ningún avión se estrelló contra las torres gemelas. Entonces, ¿Quién lo hizo? ¿Por qué ocultan la verdad? ¿Fue un pretexto para invadir Irak?