Plan demolicion contra presidente Castillo (III): retorno de los psicosociales prensa al servicio de los golpistas
Llego
la hora: ya toreamos al toro, le clavamos las banderillas, lo que queda es esconder
la espada detrás de la capa y matar al toro.
La
idea es crear un fuerte dolor de cabeza al enemigo, en este caso Castillo. En
guerra por el poder, ese dolor de cabeza se provoca con las armas más
insospechadas. A veces se recurre a argumentos muy poco éticos con tal de destruir
al enemigo. Se trata de realizar emboscadas periodísticas, competencias
difamatorias y ejecución del enemigo a través de feroces campañas periodísticas.
Toda campaña de demolición consiste en causar en el enemigo escaramuzas.
Obligarlo a definirse en temas conflictivos, desgastarlo, empujarlo a exponerse
para así explotar sus debilidades y fallas. De lo que se trata es de llevarlo a
la batalla decisiva débil, cansado y mal equipado. El objetivo es claro:
demolerlo.
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