Congreso con
olor a pescado malogrado: ¿Qué hay detrás del alto al fuego
En política dos pasos atrás y uno hacia adelante puede
ser prudente si lo que se busca es ganar tiempo (acumular fuerzas) Pero, con un congreso como el
que tenemos el remedio puede ser peor que la enfermedad. Espero no equivocarme.
En ese sentido, el hecho que el congreso haya levantado bandea blanca no garantiza que las aguas volverán a nivel menos si el guion y el libreto
es más de lo mismo. Por consiguiente, no creo que los abrazos entre el poder legislativo
y el c van arribar a un buen puerto si tenemos en cuenta quienes controlan el
congreso.
El problema no es de forma es de fondo. Lo que ocurre es que como lo
señalan las encuestas, el congreso presionado por la calle, ha optado por darse
un respiro para luego, recuperado del rechazo, continuar con su proyecto de
vacar al presidente.
Para más misterio ahora se dice que lo logrado es una nueva versión
renovada y corregida de las relaciones que debe de existir entre legislativo y ejecutivo.
Sin embargo, los voceros de la gran
empresa en particular de la gran minería no están aplaudiendo porque no están
cómodos con el gobierno del profesor Pedro Castillo.
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Por la profundidad reflexiva de su contenido, adjuntamos una crónica publicada por La Republica
GOLPE DE ESTADO PERMANENTE (1)
Por Sinesio López
20 Ene 2022Actualizado el 20 de Enero 2022 | 8:15 h
“El elemento más crítico del sistema político
es la forma de gobierno que, en el Perú, es el presidencialismo
parlamentarizado”.
Desde julio del 2016, el Perú vive
bajo la amenaza de golpe de Estado permanente. Hay diversos actores que lo buscan y lo
impulsan, hay instituciones que lo permiten y hay factores estructurales que lo
alimentan. ¿Cuáles son los actores golpistas? En primer lugar, KF y el fujimorismo
que se niegan a aceptar su derrota electoral en el 2016 y en el 2021. En segundo lugar, los “partidos” de
ultraderecha que rechazan a un presidente de la república que representa a los
sectores sociales y culturales que siempre despreciaron y discriminaron. En
tercer lugar, la prensa concentrada liderada por El Comercio que busca someter
a Castillo a la férula neoliberal y que exige la entrega de la torta
publicitaria del Estado que (cree) le pertenece.
En cuarto lugar, algunos “partidos” de la
centro-derecha se suman al golpe. En este caso, la responsabilidad
principal es de Cerrón y de Castillo que, con su maximalismo de primera
hora, regalaron el centro-derecha a la ultraderecha. Dadas su inexperiencia
y su debilidad, Castillo estaba y está obligado a organizar una colación de
izquierda-centro para hacer viable un gobierno de cambios y neutralizar los
factores institucionales y estructurales que favorecen el golpe.
PUEDES VER: Élites y masas en el bicentenario
(III)
Los golpistas son un factor necesario, pero no
suficiente para que se produzca un golpe de Estado. Para que este suceda se
requiere que las instituciones políticas lo permitan. ¿Qué instituciones
políticas? Todas las reglas de juego, las normas, las leyes, la Constitución que
han sido mal diseñadas y que atentan contra el buen funcionamiento del sistema
político (sistema electoral, partidos y formas de gobierno), del Estado y del
régimen político. Por ahora voy a referirme solo a los
componentes del sistema político.
El sistema electoral impide a los ciudadanos
renovar las dirigencias agotadas de los partidos a través de las elecciones
primarias, desconoce la representación política de las etnias culturales, niega
la representación nacional a las regiones a través del Senado, favorece la
formación de un gobierno dividido debido a la elección simultánea del
presidente de la república y del Congreso, niega la renovación parcial del
Congreso, etc.
PUEDES VER: Élites y masas en el bicentenario
(II)
El sistema de partidos ya no existe. El Perú vive
una crisis de representación radical: los partidos históricos han desaparecido
y solo existen los “partidos” con dueño. Llamar partidos a estas empresas
políticas privadas es un abuso del lenguaje. Los “partidos” de
ultraderecha, derecha, centro e izquierda están, además, escandalosamente
fragmentados. Esto lleva al caudillismo e impide la formación de coaliciones
dentro del mismo espacio político y entre los espacios políticos. Se requiere
urgente una ley de partidos que ayude a resolver la crisis de representación y
que impida la mercantilización de la política.
El elemento más crítico del sistema político es la
forma de gobierno que, en el Perú, es el presidencialismo parlamentarizado. El
pésimo diseño del presidencialismo parlamentarizado es el motor del golpe.
Volvemos.
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