sábado, 19 de febrero de 2022

Congreso con olor a pescado malogrado: ¿Qué hay detrás del alto al fuego

Congreso con olor a pescado malogrado: ¿Qué hay detrás del alto al fuego

En política dos pasos atrás y uno hacia adelante puede ser prudente si lo que se busca es ganar tiempo (acumular fuerzas)  Pero, con un congreso como el que tenemos el remedio puede ser peor que la enfermedad. Espero no equivocarme.

En ese sentido, el hecho que el congreso haya levantado bandea blanca no garantiza que las aguas volverán a nivel menos si el guion y el libreto es más de lo mismo. Por consiguiente, no creo que los abrazos entre el poder legislativo y el c van arribar a un buen puerto si tenemos en cuenta quienes controlan el congreso.

El problema no es de forma es de fondo. Lo que ocurre es que como lo señalan las encuestas, el congreso presionado por la calle, ha optado por darse un respiro para luego, recuperado del rechazo, continuar con su proyecto de vacar al presidente.

Para más misterio ahora se dice que lo logrado es una nueva versión renovada y corregida de las relaciones que debe de existir entre legislativo y ejecutivo.  Sin embargo, los voceros de la gran empresa en particular de la gran minería no están aplaudiendo porque no están cómodos con el gobierno del profesor Pedro Castillo.

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Por la profundidad reflexiva de su contenido, adjuntamos una crónica publicada por La Republica

GOLPE DE ESTADO PERMANENTE (1)

Por Sinesio López

20 Ene 2022Actualizado el 20 de Enero 2022 | 8:15 h

“El elemento más crítico del sistema político es la forma de gobierno que, en el Perú, es el presidencialismo parlamentarizado”.

Desde julio del 2016, el Perú vive bajo la amenaza de golpe de Estado permanente. Hay diversos actores que lo buscan y lo impulsan, hay instituciones que lo permiten y hay factores estructurales que lo alimentan. ¿Cuáles son los actores golpistas? En primer lugar, KF y el fujimorismo que se niegan a aceptar su derrota electoral en el 2016 y en el 2021. En segundo lugar, los “partidos” de ultraderecha que rechazan a un presidente de la república que representa a los sectores sociales y culturales que siempre despreciaron y discriminaron. En tercer lugar, la prensa concentrada liderada por El Comercio que busca someter a Castillo a la férula neoliberal y que exige la entrega de la torta publicitaria del Estado que (cree) le pertenece.

En cuarto lugar, algunos “partidos” de la centro-derecha se suman al golpe. En este caso, la responsabilidad principal es de Cerrón y de Castillo que, con su maximalismo de primera hora, regalaron el centro-derecha a la ultraderecha. Dadas su inexperiencia y su debilidad, Castillo estaba y está obligado a organizar una colación de izquierda-centro para hacer viable un gobierno de cambios y neutralizar los factores institucionales y estructurales que favorecen el golpe.

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Los golpistas son un factor necesario, pero no suficiente para que se produzca un golpe de Estado. Para que este suceda se requiere que las instituciones políticas lo permitan. ¿Qué instituciones políticas? Todas las reglas de juego, las normas, las leyes, la Constitución que han sido mal diseñadas y que atentan contra el buen funcionamiento del sistema político (sistema electoral, partidos y formas de gobierno), del Estado y del régimen político. Por ahora voy a referirme solo a los componentes del sistema político.

El sistema electoral impide a los ciudadanos renovar las dirigencias agotadas de los partidos a través de las elecciones primarias, desconoce la representación política de las etnias culturales, niega la representación nacional a las regiones a través del Senado, favorece la formación de un gobierno dividido debido a la elección simultánea del presidente de la república y del Congreso, niega la renovación parcial del Congreso, etc.

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El sistema de partidos ya no existe. El Perú vive una crisis de representación radical: los partidos históricos han desaparecido y solo existen los “partidos” con dueño. Llamar partidos a estas empresas políticas privadas es un abuso del lenguaje. Los “partidos” de ultraderecha, derecha, centro e izquierda están, además, escandalosamente fragmentados. Esto lleva al caudillismo e impide la formación de coaliciones dentro del mismo espacio político y entre los espacios políticos. Se requiere urgente una ley de partidos que ayude a resolver la crisis de representación y que impida la mercantilización de la política.

El elemento más crítico del sistema político es la forma de gobierno que, en el Perú, es el presidencialismo parlamentarizado. El pésimo diseño del presidencialismo parlamentarizado es el motor del golpe. Volvemos.

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