Señalaba un cronista, “la izquierda desunida
siempre será vencida”. Sobre el particular, Nikolas Stolpkin escribía: “Hoy la
Izquierda, o el campo intelectual de Izquierda, no es un campo confrontacional
contra el sistema capitalista, sino que es un campo que aboga por un sistema
más “humanizado” o que demanda “reformas”; no busca sustituir un sistema
económico por otro; su lucha más se basa en contener cualquier atisbo que se
salga del cauce “democrático”, visto desde la lógica burguesa; buscan la “paz”
o la conciliación con las clases dominantes, frente a cualquier muestra
confrontacional violenta contra el sistema capitalista y la Clase Dominante.
¿Es acaso una muestra de que gozan de ciertas comodidades que les brinda el
propio Sistema Capitalista y que por eso no son ninguna amenaza para el mismo?”
El problema de la izquierda es que está dividida en
decenas de retazos y cada retazo a su vez está conformada por otras
agrupaciones, otras y otras. Ese es el verdadero problema que no entendemos
entender o no queremos entender por obvias razones.
En este marco y contexto cabe la pregunta ¿Va a
cambiar esta situación cuando el plazo electoral para construir listas
concluya? No lo creemos. Lo único evidente
es que las autoproclamas de las izquierdas van a ir desunidas al próximo proceso
electoral municipal. Porque todos tienen argumentos que hacen imposible la
unidad.
Lo unico cierto es que no existe voluntad
política para establecer un proyecto unitario. Y en estas condiciones nada
tenemos que esperar. La historia se repite. Una vez más las izquierdas irán desunidas
al próximo escenario electoral. Solo servirá para designar los nuevos bribones
que se sentaran en el gobierno.
Señalaba Juan Sheput: Desde la desaparición de
Alfonso Barrantes, la izquierda en el Perú no ha tenido a otro líder de
dimensión nacional ni arraigo popular. Su formación política, contactos con
líderes de organizaciones socialistas y comunistas en el mundo, y su vocación
por el intelecto y la cultura le permitieron consolidar lo que en su momento se
definió como Izquierda Unida, no exenta de problemas internos, claro está, pero
sí un sólido esfuerzo de amalgamar los numerosos frentes que pululaban en
nuestro país y que obtuvo un triunfo electoral en 1987 cuando ganaron la
Alcaldía de Lima. La izquierda tenía en Barrantes a alguien que también
representaba la honestidad, la que se manifestaba en su humilde vehículo (un
destartalado VW) y su sencilla casita en La Capullana en Surco. Fue,
claramente, un antecesor de Pepe Mujica
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