Increíble pero cierto, Fernando Rospigliosi ex izquierdista, toledista, escudero de PPK, y hoy servil vasallo de la chica acusada de corrupción y lavado de activos se suma al car montón en contra del Presidente Pedro Castillo como lo demuestra el tuiter que adjuntamos y que se viene difundiendo a través de las redes sociales.
Pero ¿Quién es en verdad este personaje convertido
en la nueva doméstica del fujimorismo?
Mauricio Mulder manifestó que el ministro del
Interior de Alejandro Toledo se autonombraba como autoridad moral y experto en
temas de defensa y narcotráfico cuando en realidad era un empleado de los
Estados Unidos.
Por su parte, Isaac Mekler, de Solidaridad
Nacional, manifestó que Rospigliosi era parte de una red de ONG que ingresan a
hacer acciones políticas en el Perú con dinero del extranjero, considerado un
delito por el cual debería estar en la cárcel.
Por su profundo contenido reflexivo adjuntamos una
crónica del fallecido periodista Cesar Lévano para su conocimiento.
EL AGENTE ROSPIGLIOSI
Por Cesar Levano
Fernando Rospigliosi es uno de esos izquierdistas
radiocoloides que se pasan al enemigo. Alguien me dijo que Rospigliosi es el
Eudocio Ravines de la nueva ola. Me parece errado: Rospigliosi no tiene la
talla intelectual ni la intensa vida de Ravines, el secretario general del PCP
que se convirtió en agente del imperialismo.
La semejanza sería en todo caso de escena final:
ambos terminan vistiendo la librea que el amo les impuso.
Rospigliosi nunca fue comunista. Perteneció a
Vanguardia Revolucionaria, una organización de la llamada nueva izquierda que
rivalizó más bien con los comunistas. Las expresiones políticas del joven
Rospigliosi se exhibieron en el periódico Amauta, un intento de actualizar a
Mariátegui deformándolo.
En los años 70 del siglo pasado, Vanguardia
Revolucionaria combatió el régimen del general Juan Velasco, en particular
respecto de la reforma agraria.
Rospigliosi fue ya entonces un político activo y
resuelto, que no comulgaba con algunos criterios de sus compañeros de la nueva
izquierda. Fue crítico temprano del régimen de Fidel Castro.
Hay que reconocer que en los días del fujimorato,
Rospigliosi fue un opositor franco y persistente.
Al mismo tiempo fue derivando hacia una actitud
antiizquierdista. En los últimos años, su cercanía a la embajada de Estados
Unidos marcó una ruptura definitiva con sus camaradas de otrora. Era un secreto
a voces que trabajaba en estrecha colaboración con la agencia estadounidense de
lucha contra el narcotráfico –y también contra la izquierda–.
El documento de WikiLeaks publicado inicialmente en
El País de Madrid y reproducido este domingo por varios cotidianos limeños,
incluido el nuestro, obligó a Rospigliosi a sacar la cara, y reconocer que
fueron él, ex ministro del Interior de Alejandro Toledo, y Rubén Vargas, ex
director de Defensa Nacional, quienes en noviembre de 2005 pidieron a
funcionarios de la embajada norteamericana “que el gobierno de Estados Unidos
revise sus opciones, y propusieron que la embajada ampliara el papel de sus
contratos de comunicaciones NEXUM para monitorear la cobertura de Humala y
promover noticias anti-Humala en las regiones de coca”. (Subrayado maestro).
La frase subrayada habla de “promover noticias”. Es
ésta una técnica de propaganda negra. Se trata de inventar noticias y
difundirlas a través de periódicos, radios y televisoras pagados para eso. Lo
curioso es que, según el informe del embajador James Curtis Struble revelado
por WikiLeaks, la Embajada respondió a los peruanos afanosos que no tenía
intenciones de involucrarse en la campaña solicitada.
Rospigliosi no quería, dice, que el Perú se
convirtiera en sucursal de Chávez.
Él prefería que siguiera siendo una “democracia” manejada por Estados Unidos.
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