PERÚ: LA
IZQUIERDA DE DON JACINTO PELAEZ
Las
reflexiones que siguen se dan a propósito que llamada izquierda levanta
la bandera de la necesidad de la unidad dizque para superar la crisis que
enfrentamos. Parece que a algunos dirigentes de las izquierda les gusta jugar con las
expectativas de las masas como lo demuestra la crónica que adjuntamos para cfonocimiento publico y difusion por
su profundo contenido reflexivo.
Por Autor De Kaos 2014 Publicado el Jun 3, del 2006
La izquierda peruana, mejor dicho, los minúsculos
retazos de lo que ayer se llamaba “izquierda unida”, nos
hace recordar a la joven desdichada y sin suerte de la novela de don Jacinto
Peláez (*). La pobre chica, narra don Jacinto, ya no era virgen como para
sentirse orgullosa, y a golpe de engaños y mentiras tenia diez hijos de
diferentes progenituras. Su vida era triste y errante, maltrecha, y sin belleza
nadie la tomaba en cuanta, ni siquiera para contarle un nuevo cuento. Que
tristeza había en su vida.
Un poco de este drama, no griego,
pero si peruano, cabe en la historia de la izquierda caviar del Perú. En1985,
como doncella en flor, abrieron los ojos y se entregaron a Alan García Pérez,
en quien vieron al buen mozo, joven y fornido que les deparaba un destino
confortable y prometedor. Pobre izquierda y ahí fue engañada, por decir una
frase de la novela de don Jacinto Peláez.
Después, cuando pasó los 9 meses y se dieron cuenta del engaño ya era tarde.
Lloraron y gritaron derechista y reaccionario. Poco tiempo después, en 1990
apareció como un príncipe encantado Alberto Fujimori, un chinito con saco y
corbata que les crispo el corazón y el flechazo fue a primera vista. La
izquierda, un poco en sueños y un poco en la realidad, navegó en los oropeles
del poder. Engañada vilmente por García Pérez, llamó a votar por el
pretendiente Fujimori. Y ahí nuevamente volvió a ser miserablemente engañada.
El chinito salió más mentiroso que el propio García, y como narraría don
Jacinto Peláez, esta infeliz moza cayó una vez más en las lujurias de sus
ambiciones.
Pero no crean que esta desdichada izquierda
aprendió la lección, y como dice con sabiduría don Jacinto, “gallina que come
huevo así le corten el pico”, volvió a repetir la historia. En el 2001, sin
ningún remordimiento de por medio, quedo hechizada por los encantos y promesas
que le cantó en las orejas don Alejandro Toledo, al que esa izquierda, la que
ahora vive como alma en pena, lo llamó el “cholo” y el gobierno de todas las
sangres”. Lo que vino después ya es historia conocida, y la pobre izquierda
como la deidad embarazada se quedó esperando el paso de algún otro marchante
que le reconozca el hijo.
Y cuando ustedes piensan con justa razón que la
izquierda peruana, maltrecha y despreciada por tantos engaños y amores
ingratos, aprendió la lección y que ahora no hay héroe o villano que le tome el
pelo, se equivocan de cabo a rabo. Ahora en pleno 2006, con ojos moribundos y
lastimeros de tantos fracasos, mira con destellos libidinosos al comandante
Ollanta Humala, también fornido, de gruesas palabras y ducho en manejo de
armas. El militar le ha robado el corazón a esa desdichada izquierda caviar que
sin respingo grita ahora votar por el ex militar fujimorista. Y los recuerdos
son simples recuerdos, y para qué acordarse de García Pérez, Alberto Fujimori y
Alejandro Toledo son malos momentos del pasado y nada más. En todo caso, como
se dice don Jacinto Peláez, no hay primera sin segunda, y en penas y amores son
muy pocos los entendidos.
Pero al margen de la historia novelesca y
pueblerina de don Jacinto Peláez que el tituló “Las palomas se fueron volando”,
es bueno aterrizar en los hechos actuales y recordar que esta izquierda no
tiene nada de inocente. Los aparentes engaños fueron consentidos y en ese
sentido no hubo delito de la parte contraria. Su trayectoria, si bien es cierto
es deprimente como para ponerse a llorar, es simplemente oportunismo rastrero
hacia el poder de turno. El carácter ideológico de su conducta es evidente y se
trata que esta izquierda, ya no es izquierda, o en todo caso se trataría de la
izquierda de la derecha peruana. En estos últimos 20 años ha buscado cualquier
pretexto para colaborar con los regimenes de turno. Así vieron en García Pérez,
el radical contrincante de la derecha peruana, y así vieron en Fujimori, el
opositor por excelencia de los grupos de poder liderado por el escritor Vargas
Llosa. Y así vieron en Alejandro Toledo, al líder de los pobres y de los
sectores democráticos del Perú. Y así ven ahora en Ollanta Humala, al
antiimperialista y el “grito y la esperanza de los excluidos, de los pobres que
exigen un cambio del modelo económico”. (Sinecio López, antiguo dirigente de
izquierda unida, y ahora funcionario del gobierno de Toledo).
Lo que hay que tener en cuenta en la cándida
historia de esta izquierda, es que su deprimente conducta para arrastrarse tras
los candidatos de turno de los grupos de poder, va paralelo a su descomposición
y crisis interna que se acentúa cada vez más. Basta mirar sus resultados
electorales para saber que no representan a ningún sector de trabajadores ni
del pueblo. En el terreno político, sindical y popular no tiene ninguna
vigencia. Ha perdido cualquier significación en las luchas populares, y al
contrario esta izquierda es responsable directa de que los asalariados peruanos
hayan retrocedido, hablando de conquistas sociales y salariales, a la década
del 60. Sus traiciones y sus componendas con los gobierno de turno, ha hecho
del movimiento sindical y popular, un amasijo desclasado, que sirve
exclusivamente para el circo electoral, pero no para la defensa de los
intereses y derechos de los trabajadores y el pueblo.
La descomposición ideológica política de esta
llamada izquierda se puede ver con claridad en el desprecio que sienten los
trabajadores y el pueblo peruano contra ellos. Por ejemplo, Hugo Blanco Galdos,
parte de esa izquierda legal y que se presenta como revolucionario y dirigente
campesino, ha sido candidato al parlamento andino en las últimas elecciones
(abril 2006). Postuló en el Partido Socialista de Javier Diez Canezco, un
dirigente que asume los postulados de la socialdemocracia europea. ¿Cuántos
votos consiguió Hugo Blanco?. Según los cómputos oficiales alcanzo 49,330
votos, lo que significa un milésimo porcentaje (0.0001%) de los 6 millones de campesinos
peruanos y de los 16 millones de electores en todo el país. Después de su
fracaso electoral Hugo Blanco ha proclamado: “yo llamo a votar por el programa
que Humala enarboló en el debate, lo que significa votar por él”. (Hugo
Blanco).
Otro caso a mencionar es el de Juan José Gorritti,
secretario general de la Confederación de Trabajadores del Perú (CGTP), quien
postuló para el congreso en la lista de Patria Roja (Movimiento Nueva
Izquierda) solo logró 4,450 votos. ¿Y dónde fueron los votos del millón de
afiliados que tiene la CGTP como se dice?. Como se ve el fracaso electoral de
Gorriti es el castigo y el desprecio de los asaltados peruanos contra
dirigentes oportunistas y burocráticos que toman la organización sindical como
trampolín para escalar posiciones en el aparato del Estado. El mismo caso es el
de Manuel Cortés, otro dirigente de la CGTP y candidato electoral del
socialdemócrata Partido Socialista. Este dirigente postuló al congreso y no
llegó ni a los 2, 000 votos. Caso aparte es el de Rolando Breña Pantoja, otro
“destacado” militante de Patria Roja, rojo rojísimo, solo logro la paupérrima
cifra de 2,367 votos.
Pero el caso más significativo es el de Patria
Roja, el más rojo de los partidos “marxista-leninista” del Perú participó en
las últimas elecciones (primera vuelta electoral) con su propia lista y su
propio candidato. Alberto Moreno, fue su candidato electoral. ¿Cuántos votos
tuvo?. La miseria de 33,918 votos lo que significó el ridículo 0.232% de los
votos emitidos que sumaron mas de 14 millones de electores. ¿Y dónde fueron a
parar los 250 votos de los profesores peruanos que dice Patria Roja liderar y
controlar a través Sutep?. Pero como para Patria Roja no hay “vencedores ni
vencidos”, inmediatamente, así como lo hizo con García, Fujimori y Toledo, ha
llamado a votar por Ollanta Humala. Un resumen de su comunicado dice así: “El
Partido Comunista del Perú – Patria Roja, manteniendo en alto sus banderas
democráticas, antiimperialistas y socialistas, preservando su independencia e
iniciativa política, y apoyándose siempre en el pueblo organizado y luchador,
sabrá también en esta oportunidad cumplir con su misión histórica esmerándose
por hacer realidad la Nueva Republica… Partiendo de estas consideraciones, el
XIV Comité Central decide respaldar la candidatura del Comandante Ollanta
Humala, en la segunda vuelta electoral, y fortalecer las relaciones y el
propósito unitario con todos los sectores de izquierda, nacionalistas y
progresistas”. (Comité Central Partido Comunista del Perú-Patria Roja, Lima,
mayo del 2006).
Otro caso que no se puede dejar de mencionar se
refiere al Partido Comunista del Perú (PCP), nos referimos a esa organización
política que durante más de 50 años vivió enganchada a la ex Unión Soviética. A
la muerte de esta potencia este partido se quedó sin padrino ni mecenas, y
quién diría otra cosa fue el inicio de su calvario político y de su
desintegración como organización. Este partido, digamos para ser más precisos
los restos que queda de él, participó en la elecciones de abril acompañando a
Patria Roja en el conglomerado electoral Movimiento Nueva Izquierda (MNI). El
candidato del PCP fue Rennan Raffo (parlamento andino) y solo obtuvo 24,816
votos, es decir casi nada si se compara los mas de 14 millones de electores peruanos.
Pero este partido “comunista”, velasquista visceral en su tiempo, que voto en
1985 por el APRA, y el 90 por Fujimori, y el 2001 por Toledo, ha llamado a
votar por Humala. “El Partido Comunista Peruano, hace “un llamamiento a los
militantes y amigos del Partido, a los trabajadores, al Frente Amplio de
Izquierda y demás organizaciones progresistas del campo popular a VOTAR EN
SEGUNDA VUELTA POR EL CANDIDATO NACIONALISTA OLLANTA HUMALA, en firme y
consecuente respaldo a los cambios por los que ha votado la mayoría del pueblo
peruano”. (Comisión Política, Renan Raffo Muñoz secretario general, Lima, 15 de
Mayo del 2006).
La lista es larga de nuestros “izquierdistas”
devenidos en “humalistas”, y solamente queremos terminar esta nota señalando
que la conducta sin principio y sin ningún tipo de moral política de estos
personajes, configura la grave situación política que vive el Perú. No hay
salida a corto plazo para las clases populares. El pueblo seguirá siendo masa
miserable para los grupos de poder. La carencia de dirección política es
evidente, y mientras no aparezca una organización capaz de dirigir las luchas
populares, las graves condiciones de crisis de la sociedad seguirán en
desarrollo. Y en ese marco de descomposición de la sociedad y del Estado, los
procesos electorales como el que se avecina para el 4 de junio solo son
instrumentos que utilizan los grupos de poder y el imperialismo para poner a
tal o cual a sátrapa en el gobierno.
2 de junio 2006.
(*). Entre las obras de Don Jacinto Peláez, figura
“La Palomas se fueron volando” en el narra la inocencia de las chicas de los
pequeños pueblos de la costa peruana. La obra es picara y rebasa la falsa moral
religiosa en torno al matrimonio y a las relaciones entre el hombre y mujer.
Don Jacinto Peláez vivió casi toda su larga vida en Culebras, una minúscula
caleta de pescadores en el litoral norte del Perú. Tenia cerca de de 100 años
cuando escribió esta novela, y muchos decían en Culebras, que “Las palomas se
fueron volando”, era las remembranzas de sus aventuras amorosas antes de
recalar en este pequeño pueblo perdido que no aparece ni en los mapas de
geografía del Perú.